martes, 14 de julio de 2009

Garoña y el Debate Nuclear

El cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña abrió un debate acerca de la necesidad de esta fuente de energía. La decisión del gobierno de adelantar la clausura más de lo que proponía el Consejo de Seguridad Nuclear ha desagradado a algunos.
Una cuestión previa es que España, al contrario de lo que se ha afirmado, tiene más capacidad instalada de generación eléctrica que consumo. No obstante hay bruscas subidas de demanda que, al no poderse compensar localmente, se cubren con producción francesa. Otro tanto sucede al otro lado de los Pirineos y se subsana con energía española. Entonces, ¿por qué la patronal eléctrica y los sectores afines ven con malos ojos la política antinuclear?
La construcción de una central atómica está sólo al alcance de grandes empresas. La ingeniería es mayoritariamente francesa y estadounidense, y remunera a ciertos agentes privados, que acceden a un mercado restringido y cautivo. Además crea dependencia por decenios para quienes la utilizan. Eso por no hablar de los residuos, con los que nadie sabe qué hacer a día de hoy -puesto que guardarlos no es una solución- y cuyos costes de gestión no se contabilizan o se ocultan.
La alternativa elegida por el gobierno es desfavorable para ese grupo de presión, aunque ventajosa para el país. Las energías renovables dan acceso al capitalismo popular, ya que la clase media puede invertir, y el control del mercado por las compañías eléctricas es menor. Además, manteniendo los ritmos actuales de actividad, nuestro país será líder mundial en generación renovable próximamente. Se está desarrollando una base industrial y tecnológica sin parangón en Europa. Las mejoras de rendimiento de la tecnología española van a permitir explotar rentablemente instalaciones de este tipo sin ayudas. También españoles son algunos sistemas de almacenamiento energético que se están probando, última clave por desarrollar.
En consecuencia la apuesta por una generación energética con predominio de renovables y sin energía atómica proporciona independencia, liderazgo tecnológico, exportaciones y un impacto ambiental asumible. Es un acierto.

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Considero que no hay que arrinconar las renovables, pero están muy lejos de ser una solución real (por ineficiente y cara).
No creo que lo mejor sea comprar energía nuclear a Francia y recibir la parte proporcional de los residuos que se generen (esto no lo dice nadie).

Cisastur dijo...

Tampoco dicen que Francia compra energía a España porque los sistemas eléctricos se ajustan en las zonas fronterizas importando y exportando fluido.
El mensaje del déficit energético es falso e interesado. Producimos al 80% de nuestra capacidad.