miércoles, 11 de agosto de 2010

La Revolución del Conocimiento

La crisis económica que atraviesa Occidente es también una ruptura de valores. Tras la depresión cambiarán convenciones que perderán sentido. España y León no serán una excepción y anticipar estas nuevas formas de ver la vida es lo más aconsejable.
Uno de los aspectos en los que se verá afectada la escala de valores es en la posesión del conocimiento y en el valor económico de éste. Una coyuntura desconocida lo ha situado en ese punto. En primer lugar, el número de universitarios -quienes se supone capitalizan el conocimiento en las sociedades occidentales- es mayor que nunca. Hay países, como España, con un profundo desajuste por la excesiva oferta de titulados superiores para su mercado. Esto hace descender su valor y banaliza aquello que pueden aportar: la información.
A ello se suma un creciente número de graduados en Asia, lo que hoy, ante la mundialización económica, incide directamente en los titulados occidentales. Los orientales están preparados, trabajan más y cobran menos, lo que presiona a la baja las remuneraciones de los occidentales.
Un tercer factor es el libre acceso al conocimiento y a los individuos que lo alimentan a través de internet. La abundante información obtenida a través de la red conduce incluso a numerosos casos de precocidad en músicos, matemáticos, programadores, historiadores, etc. Además las relaciones virtuales se basan en la meritocracia, lo que colisiona con la dinámica de ascenso profesional por relaciones. El que más sabe es el más respetado en el ciberespacio y eso crea unas inercias que se trasladarán a la vida real. En internet sólo vale conocer y dar a conocer, lo que da pie a crear una legión de sabios.
Las consecuencias son múltiples. Por ejemplo, colectivos especialmente privilegiados en sus condiciones laborales van a reducir sus ventajas por la propia dinámica del mercado. Los titulados en general verán recortados sus diferencias salariales con el resto. Sólo profesionales muy especializados mantendrán algunas prebendas económicas. Por otra parte aquellos que se desconecten de esta sociedad sobreformada quedarán abocados a la marginalidad laboral.

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Lo de siempre: EE.UU., los reyes del marketing, piensan y venden, desarrollan el software con los indios y los israelíes, Asia será la fábrica del mundo, y Europa el gran balneario, con su cultura (monumentos, gastronomís, música, historia, etc.) y sus playas...

¿Seremos capaces de escapar a esta dinámica a la que nos vemos abocados?

Cisastur dijo...

Yo creo que la pérdida de peso relativo de Occidente es imparable. Nuestro papel tendrá que cambiar por la vía de los hechos consumados.