martes, 10 de julio de 2012

El Senado, La Mina y La Moral

El senador Juan Morano, elegido por la circunscripción de León, votó en la Cámara Alta a favor del mantenimiento de las ayudas a la minería pactadas por el gobierno precedente, los agentes del sector y los organismos europeos. Como es conocido, el ministro ha reducido unilateralmente las ayudas un 62%. Se trata de subvenciones condicionadas a la liquidación de las empresas en el año 2018. En resumen, el Gobierno Central ha roto las reglas del juego. Aprovechando la mayoría absoluta del Partido Popular, el ministerio ha pretendido imponer en las cámaras su criterio. Los senadores populares de la circunscripción leonesa han votado en contra del cumplimiento del acuerdo, contra los intereses de León, y a favor del gobierno de su partido. Sólo un senador: Juan Morano, ha votado en contra. La reacción del Partido Popular ha sido penalizar al senador con el pretexto de que debe anteponer las directrices de ese partido a los intereses de León. Sus compañeros han hecho apelación a unos pretendidos criterios éticos en los que parece ser que la circunscripción electoral que les eligió ocupa un lugar muy postergado. Eso es quedarse con el culo al aire. Por otra parte no deja de ser chusco que quien hace pública la penalización, la señora Cospedal, justifica recortes que suponen la ruptura de pactos firmes para cerrar ordenadamente un sector, mientras sabemos que se ha subido el sueldo como presidenta de una autonomía que está literalmente quebrada y que colocó a su marido en un consejo de administración poco después de ganar las elecciones. ¡Vaya autoridad moral tiene la señora! Por otro lado, Morano no se ha caracterizado por ser el más trabajador de la casa, pero este gesto, considerado individualmente, le honra. Queda por saber si este episodio lamentable sirve para comprobar que estamos en manos de una suerte de grupos de interés que se han apropiado de las instituciones quedando electores y territorios a merced de los intereses de esta nueva aristocracia del voto. Si, por el contrario, hay quien abre fisuras en esa caterva de leguleyos a la que nada importamos aún quedará un resquicio de luz para la democracia.

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