martes, 6 de noviembre de 2012

EPA: Las Islas de León

Continuamos comentando esta semana los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Uno de los muchos aspectos que llaman la atención de este documento es la reconfiguración del mercado laboral leonés, que se concentra cada vez más en los entornos de León y su alfoz, y de Ponferrada y su alfoz. Por ejemplo, la capital y el alfoz, que suponen poco más del 40% de la población provincial, concentran más de la mitad del empleo. Por el contrario, hay amplias zonas fuera de esos ámbitos con una debilidad laboral que les hace casi invisibles a efectos de oferta de trabajo. Este fenómeno, que se repite en otras provincias cercanas, está consolidando un mapa laboral lleno de manchas sobre un territorio en blanco. Como en León la posición de la capital, de Ponferrada, de Astorga y de Bembibre forma un corredor central, se puede decir que existe un área con oferta laboral no lejos de casi cualquier comarca. No es el caso de las provincias donde los centros de trabajo se concentran en la costa, en posición excéntrica, dejando el interior al margen de esa actividad, como Asturias y Cantabria. Si a esta circunstancia le sumamos que la provincia leonesa cuenta con más empleo que Lugo, Orense, Zamora y Palencia, y que además hasta Medina de Rioseco y Villanubla, en Valladolid, hay un vacío, concluimos que la línea León-Ponferrada es el núcleo laboral más importante del noroeste interior. Reúne las ciudades y centros de trabajo más notables del espacio incluido entre Oviedo, La Coruña, Vigo, Oporto, Valladolid, Burgos y Torrelavega. Es un espacio enorme con una importante cantidad de recursos en el que León debiera actuar compensando las tendencias centrífugas con una gestión política visionaria y de liderazgo. Que desde Ponferrada a Monforte o a la capital lucense no haya un centro urbano relevante es una oportunidad que aprovechar. Que desde León hasta Burgos, Oviedo o Salamanca no exista un nodo más potente debería ser argumento para que los próceres provinciales se pusiesen a trabajar en cómo aprovechar esas ventajas. Aunque siempre podrían ser vistas como inconvenientes, pero ¿es tiempo para pesimistas?

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