jueves, 17 de abril de 2014

TORMENTAS DE SEMANA SANTA

El alcalde de Valladolid ha dicho que la Semana Santa de allí es mejor que las del resto de la Autonomía. La gente se mesa los cabellos en León y yo no salgo de mi asombro. No salgo por la simpleza de unos y otros. León de la Riva hace una simplificación, porque basa su discurso en que la de Valladolid fue declarada de interés internacional antes que el resto. Personalmente no creo que ese título, adquirido hace veinte o más años, sea mucho más que un elemento de promoción turística; lo mismo que las declaraciones del alcalde. Por su parte, las reacciones iracundas en León caen en el seguidismo. Si algo tiene que hacer la Semana Santa leonesa es parecerse lo menos posible a ninguna. Si queremos una llamada efectiva a los visitantes hay que hacer hincapié en la leonesidad de las celebraciones de estos días y atenuar su parecido a cualquier otra. En este aspecto la cohabitación de los desfiles sacros con el Entierro de Genarín ha hecho más por León que todas las declaraciones oficiales de interés que se quieran poner. Pregunten ustedes a un madrileño si sabe si nuestras procesiones son de interés internacional o si ha oído algo de Genarín. De Genarín, del Barrio Húmedo o de las tapas sabrán muchos, pero del interés internacional nadie. A León le hace falta en esto y en todo perder complejos. Ni tenemos que parecernos a nadie ni debemos hacerlo más que los justito. Tenemos que mantener nuestra fuerte personalidad porque eso nos hace atractivos y mejores que los otros. El mercado turístico de Semana Santa es un campo de juego donde hay mucho que ganar y poco que perder. Ponerse dignos porque de la Riva dice cosas provocadores es jugar en tercera división. Lo lógico es propinar al alcalde pucelano una respuesta explosiva que aparezca en todas las portadas. Actuando así, ganamos. Dándonos por aludidos por sus repetidas chorradas provocativas perdemos. La Semana Santa es una celebración religiosa que tiene tintes de espectáculo, de exhibicionismo, de exaltación colectiva, de juerga y de muchas cosas más que nada tienen que ver con la fe. Por eso el espíritu semanasantero tiene que ser leonés y ha de demostrar que esta ciudad tiene estilo propio, que despliega su iniciativa, que no acepta copias, que tiene indpendencia y que en Valladolid, en Sevilla y en Sebastopol pueden hacer lo que les venga en gana. Nosotros sabemos hacer bien las cosas y cada año lo estamos demostrando en estas fechas. Y además, si esa reflexión le ha venido a la mente a de la Riva es que algo le preocupa la relevancia de lo que hacemos aquí. ¡Pinta bien!

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