viernes, 2 de octubre de 2015

LEÓN Y LA NO GESTIÓN

Esta semana hemos asistido a la inauguración del AVE a León. Las autoridades se arremolinaban sonrientes en al acto oficial de apertura y las declaraciones eran grandilocuentes, hablando de historia, progreso y futuro. De hecho se ha querido atribuir al AVE más importancia que a las otras infraestructuras ya construidas. Sin embargo la realidad y la historia demuestran que esta es una actitud errónea. El AVE en sí mismo no garantiza nada. En ese tren, si nadie actúa para cambiarlo, van a viajar los que ya viajaban en ALVIA y unos pocos más. Si no se gestiona activamente desde el primer día, será una historia como la del resto de infraestructuras. León cuenta ya con un aeropuerto apto para vuelos de rango europeo. Ya tenemos algunas áreas logísticas públicas y privadas como el CETILE, la plataforma privada de Hospital de Órbigo, los polígonos de Toral y Ponferrada a pie de autovía, el polígono de Riego de la Vega o el de La Bañeza, que cumplen esa función, etc. Hay una red de autovías y autopistas de 460 kms. La provincia está dotada con un parque tecnológico y otro científico. Tiene una universidad que acumula casi 40 años de vida con dos campus. Además hay abundante suelo industrial disponible, una red de ferrocarril convencional, una línea de vía estrecha de alto valor turístico, y redes de fibra óptica y telefonía móvil y fija con servicios suficientes. En consecuencia nadie puede decir que León no reúna infraestructuras para su desarrollo. A pesar de eso la evolución de León es muy mala en términos de generación de empleo, de demografía y de actividad económica. Nuestra media no se puede comparar a la española. Por ejemplo, en términos de cotizantes a la seguridad social, León evoluciona en cifras interanuales casi dos puntos porcentuales peor que la media estatal. Y eso es así desde hace años. Se puede argüir que las infraestructuras han llegado tarde. Es verdad. Pero ahora ya han llegado. Y la pregunta siempre es la misma: ¿qué se va a hacer para aprovecharlas? Porque una vez terminado el AVE, las autovías, el aeropuerto, etc, la pelota está en el tejado de los Silván, Majo, Fernández Merayo, Lamelas y de todos los que asumen un cargo de representación y decisión. La gestión de Carrasco sobre el aeropuerto fue demoledora. La de Gutiérrez sobre la economía y proyección de León, otro tanto. La de Folgueral dio malos resultados numéricos en Ponferrada. Ya hemos visto el coste de la no gestión: un declive agudo y de difícil reversión. Por eso, ahora que ha llegado el AVE, nos preguntamos: ¿qué van a hacer para aprovecharlo?

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