jueves, 26 de enero de 2017

EL PALACIO REAL DE LEÓN

Que León haya sido una ciudad de reyes abre oportunidades singulares para su promoción. Las distintas ubicaciones por las que se trasladó el palacio real y los restos que de él quedan forman un conjunto con el que muchas ciudades no pueden competir. Hay numerosos edificios y huellas producto de la herencia de tres siglos y pico como capital regia. En conclusión, “León, ciudad de reyes” podría ser un proyecto que marcase diferencias en la carrera por hacer más atractivo este destino. Conocemos 4 ubicaciones distintas de las sedes palaciegas. Tres lo fueron cuando los reyes tenían sede permanente en la ciudad: la zona de la Catedral, la Plaza del Conde y la zona de San Isidoro. De la cuarta, entre el Palacio del Conde Luna y el gobierno militar, ya con la sede regia solo temporal, apenas queda nada. Sin embargo aún permanecen por ejemplo un par de contrafuertes prerrománicos en los muros del museo diocesano o una catedral gótica que solo se explica en una sede regia. En ella aún se intituló Rey de León el Infante Juan. En el área de la Plaza del Conde queda una parte de la segunda capilla palatina y panteón real, en lo que conocemos como Palat del Rey. Además una ventana prerrománica, probablemente de aquellos reales, corona tras su traslado la puerta del palacio del Conde. En éste se guardan muros de tapial del que fuera segundo palacio del rey de León. Pero los restos más importantes son los del tercer palacio real: su capilla, el panteón familiar, la torre del palacio -que da nombre a una calle- y también dependencias de los reyes en lo que supone un insólito edificio del románico civil. Probablemente San Isidoro esconde mucho más que esto pero, aún cuando no hubiese más, ya resulta extraordinario. Por eso alrededor de los palacios reales de León, bien estudiados por Pérez Gil, se puede crear una ruta fascinante que nos lleva a ver los diplomas reales, el tesoro de los reyes, la documentación del Fuero de León de 1017, la curia regia de 1188, el prerrománico leonés, la muralla… y la ciudad actual, con su papel geoestratégico en el norte peninsular. Incluso la herencia romana en la ciudad puede ser visitada de la mano de un proyecto de “León, ciudad de reyes”: las murallas de la legión que atrajeron a los reyes de Oviedo hasta sus puertas o las termas romanas que fueron su primer palacio aquí, o la torre romana “de los Ponce”, que se integró en las casas episcopales, o la no menos romana “de San Isidoro” que acabó siendo parte del palacio regio. Los reyes de León se apoyaron en la infraestructura romana para ser lo que fueron y su influencia alcanza nuestros días.

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