lunes, 21 de mayo de 2007

Sanidad y Elecciones

La semana pasada evaluamos la depauperación que sufre el servicio sanitario en León desde que fue transferido a la Junta. Como se expuso, la proporción de camas públicas disponibles en nuestros hospitales está manifiestamente por debajo del de las provincias de nuestro entorno. Aparte de esto, habíamos comentado cómo la distribución de los hospitales con criterios de acercamiento a los ciudadanos, que se produce en otras provincias, se contrapone a la concentración que se observa en una tan grande como la leonesa.

Debido a que las críticas a la gestión sanitaria son crecientes, la Junta ha intentado contrarrestar sus efectos con una serie de medidas antes de las elecciones. Así, en la pasada semana se hacía pública una subvención para la mejora de tres hospitales privados – uno de ellos en León-, habitualmente concertados con la administración autonómica. Nada se puede decir contra estos centros, que prestan los servicios de hospitalización con una eficiencia notable para los medios económicos que se les proporcionan. Sin embargo este episodio no deja de ser un síntoma de lo que ha propiciado el gobierno de la Junta en León.

En vez de avanzar hacia la equiparación del número de camas hospitalarias públicas con la demanda, se recurre desmedidamente a concertar este servicio con centros privados. Es necesario explicar que dicho proceder se debe a que mientras una plaza en los centros públicos viene costando unos 300 euros por día, en los privados concertados se está pagando a poco más de 100 euros. En otras palabras, una cama de concierto cuesta menos de la mitad que una en un hospital público.

Los hospitales concertados de León reúnen 701 camas según el Catálogo Nacional de Hospitales 2006: prácticamente la mitad del total disponible para todo el SACYL en este apartado. En consecuencia el caso de esta provincia carece de parangón con cualquier otra del ente o el entorno. De ahí se concluye que la Junta contiene el coste de los servicios sanitarios generales abaratándolos, sobre todo, en León.

En contraste, la Junta publicitó en los últimos días la instalación de un servicio de litotricia en León. Esto se explica porque aquí se habían realizado una de cada cuatro del total autonómico en 2006. Resulta sospechoso que se difunda la noticia justo antes de las elecciones; más aún cuando es público que las principales dotaciones de aparataje hospitalario, litotricia incluida, se fijan en Valladolid.

Por si fuera poco el máximo responsable de la Junta reclamó mayor financiación para la sanidad debido a los problemas que origina la propia configuración autonómica: “extensa y dispersa”. Así se aprecia que estos problemas tienen su origen, entre otras razones menores, en un diseño territorial inadecuado, y León, finalmente, resulta el perdedor por enésima vez.

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