martes, 4 de agosto de 2009

Ataque a las Cajas de Ahorros

La crisis financiera ha puesto al descubierto las deficiencias de gestión de ciertas entidades financieras. Entre ellas se encuentran la mayoría de las cajas de ahorro, cuyos rendimientos promedio son peores que los de los bancos. Esta circunstancia ha dado pie a que los directivos de la banca privada y afines aboguen por su desaparición.
Las mayores dificultades que atraviesan las cajas tienen causas evidentes. Son entidades de carácter social y la composición de sus órganos rectores está fijada por ley. Ésta permite que los políticos tengan asignado hasta un 50% de los asientos en sus consejos. Tal situación ha propiciado que en la dirección de dichas entidades se encuentren personas –demasiadas- sin conocimiento alguno de gestión financiera. Además esa cuota de políticos en los órganos directivos ha forzado la concesión de créditos desaconsejados por los técnicos con el fin de devolver favores y de repartir dádivas. Este aspecto, que en épocas de bonanza económica pasó desapercibido, ha emergido con energía en la crisis, poniendo en riesgo el equilibrio empresarial de las cajas.
Las cajas de ahorro son corporaciones cuyo beneficio se reparte en forma de obra social, al contrario que el de los bancos, que es privado y va a los bolsillos de los accionistas. Además las ganancias de las cajas se reparten con criterios territoriales, lo que las compromete con su entorno más próximo. Consecuentemente la pérdida de la sede social de una caja de ahorros es una pésima noticia para las provincias que la sufran. En definitiva, una caja es más beneficiosa socialmente que un banco. De ello se deduce que tras las críticas indiscriminadas a las cajas de ahorro residen intereses de lucro privado.
Finalmente la crisis de las cajas de ahorro tiene una raíz precisa: la inadecuada redacción de la norma estatal que regula su gobierno. Por tanto ha de reescribirse la ley orgánica que las rige, la LORCA, cuanto antes para reducir la influencia de los políticos en la gestión. El resto de reproches son propaganda interesada de los bancos, que ven en la desaparición de estos entes sociales una oportunidad para aumentar su negocio.

1 comentario:

Alfonso Mielgo dijo...

100% de acuerdo... espero que no acabemos siendo todos fagocitados por Caja Madrid aunque nos unamos