miércoles, 19 de enero de 2011

Normativización sin Criterio

La administración está imponiendo una serie de normas excesivas sobre las condiciones de comercialización y consumo. Esta hipernormativización de la vida pública se realiza en ocasiones con una grave falta de perspectiva sobre lo que hace del País un buen lugar para vivir.
La imagen de esta nación está unida -entre otras cosas- a la palabra “fiesta”, que agrupa lugares comunes como la vida en la calle, el buen clima, intensas relaciones humanas, diversión, alegría, apertura, colorido, contrastes, diversidad, amor expresado, paseo, beber y comer juntos, bailar, etc. Si comparamos esta imagen con la de Bruselas, Munich o Burdeos descubriremos que nada tienen que ver con nosotros en esta vertiente. La cuestión es que muchos ciudadanos conocemos esta diferencia y queremos mantenerla. Vivir en el resto de Europa es seguro, pero aburrido. En algunos casos ofrece una vida que no merece la pena ser vivida, como demuestra el índice de suicidios.
Sin embargo la falta de criterio parece haber llegado a las instituciones. Se acaba de ejecutar la prohibición de fumar en los bares, una estupidez según el juicio de los fumadores y de muchos no fumadores. Esta cuestión sólo era reclamada por minorías y se podía buscar una solución intermedia, pero han decidido que no. Podría haberse puesto un límite de humos, a la vista de que tenemos que respirar también el de los coches, que se usan para ir a la vuelta de la esquina. Para más cinismo no se prohíbe la venta. ¿Por qué perseguir al fumador?
Otro ejemplo más cercano es la liquidación del Rastro de León. En Londres cabe Portobello, pero aquí no cabe el rastro. La última ocurrencia ha venido a machacar el mercado de la Plaza Mayor, donde se ha prohibido concurrir a los pequeños productores locales. Por lo visto en París no importa que los granjeros vendan sus minúsculas y artesanales producciones, pero aquí sí.
Como digo, no se trata de medidas aisladas, sino de la oleada talibán ligada a una necesidad de intervención desmedida -porque la intervención es necesaria-. Es hora de reflexionar sobre lo que es este país y lo que queremos que sea para reconducir tanto extravío.

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