jueves, 19 de febrero de 2015

ELECCIONES Y ALTERNATIVAS FLOJAS

Las elecciones locales y autonómicas de hace cuatro años tuvieron una tendencia mediatizada por el estado de opinión en toda España. El voto local se expresó en clave nacional. Había un deseo ferviente de desalojo del PSOE de Zapatero de las instituciones. Solo así se explica la victoria generalizada del PP, ya que algunas candidaturas eran de escasa valía y en otros casos el conocimiento del candidato -esencial en unas locales- era reducido. La actual coyuntura de deterioro socioeconómico, con el desplome de la calidad de vida de las clases medias, ha provocado un estado de opinión que tiene ciertas similitudes con el vivido hace cuatro años. El estado de cabreo general es notable y existe un deseo extendido de desalojar al PP de las instituciones. Eso y el irremediable deterioro de un PSOE devenido en oficina de empleo de los miembros de su aparato pueden provocar nuevamente que se vote en clave nacional para unas elecciones que eligen pedáneos, concejales y procuradores. En unas elecciones locales la valía personal de los candidatos es más importante si cabe que en las generales, ya que sus puestos tienen un marcado carácter ejecutivo. Por eso hay que exigir un programa claro de qué se quiere hacer con León, con Ponferrada, con la provincia y con la autonomía, y con el encaje de León en ella. A día de hoy seguimos sin saber qué propuestas concretas tiene Ciudadanos, UpyD, Podemos y sus listas satélites sobre la ciudad que ellos quieren, sobre las medidas para llegar a ese escenario, pese a que son la alternativa. Acabar con la corrupción es muy importante, hacer un pacto por la educación a largo plazo también, incrementar la participación ciudadana, sin duda, pero esos debates se sitúan fundamentalmente en unas elecciones generales. Si el país se higieniza y racionaliza está muy bien, pero si en ese tránsito León se vuelve como Soria a muchos leoneses no nos vale. Y en esa tesitura -la de no tener ni idea de qué hacer con León- es en la que se ve a los dirigentes de las nuevas formaciones reformistas: Maraña, Amigo y el Pablo de aquí. ¿Qué objetivos tienen específicamente para León? ¿Cuál es el papel que debe desempeñar León según su visión? Eso es lo que tienen que aclarar para estas elecciones, además de los grandes discursos sobre la regeneración y tal y cual. Al grano, señores: ¿qué grandes cifras de León quieren que evolucionen y hacia dónde? El desarrollo surge del análisis de los principales índices y de las medidas para modificarlos, y de eso, hasta ahora, no nos han mostrado nada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y si no os gusta ningún partido político que encauce vuestro intereses leonesistas... Por qué no formais uno?

Cisastur dijo...

Porque los ciudadanos que no encontramos alternativas con las que identificarnos políticamente no estamos obligados a montar un partido si no nos conviene. Por otra parte lo que sí tenemos que hacer es exigir a los que se presentan un mínimo de calidad, un mínimo de contenidos y de elaboración. De lo contrario hay que denunciarlo, ponerlo de manifiesto y proponer para que se escuche y se elabore a partire de esas aportaciones.