jueves, 3 de septiembre de 2015

LA DIPUTACION EN MARCHA

Vaya por delante que sé que voy a recibir críticas por esta columna. Muchos lectores están acostumbrados a escritos cañeros, de esos que ponen el dedo sobre los fallos más dolorosos en la gestión pública. Sin embargo creo que los columnistas deben ser equilibrados y que, si hay que ponerse agresivos cuando se detectan fallos inaceptables, hay que reconocer la buena ejecutoria cuando se produce. El nuevo equipo de gobierno de la diputación está marcando su propio estilo. Bajo la dirección de Majo parece que se va tratando sucesivamente un tema tras otro, aplicando el criterio … un criterio, algo que tantas veces ha faltado. En una institución acostumbrada a la levedad en el segundo nivel y al desplante en el más alto, parece que por fin se puede dialogar con cierta naturalidad. No es Majo una persona inane, se le nota autoridad e ideas claras, pero con apertura. Si bien sus manifestaciones antes de las elecciones acerca del aeropuerto merecieron mis críticas, ahora parece que todo retorna a una lógica. Dice una máxima aplicada a la gestión: “no toques lo que funciona”. Los vuelos, tras una agudísima bajada de pasajeros, vuelven a tomar una trayectoria al alza. Y eso lo explica el de Barcelona -que es la base de este aeropuerto- a precios razonables y en horarios lógicos. La diputación, a través del consorcio, ha decidido prorrogar el acuerdo con la compañía que lo estaba operando. Buena decisión, aunque siempre que se condicione a los horarios y las tarifas. La imposición gubernamental de poner un funcionario de habilitación nacional como tesorero en cada ayuntamiento ha sido contestada por el presidente con firmeza. Aunque no lo comparto, respeto su creencia de que es mejor no fusionar los ayuntamientos pequeños. Solo así se podría pagar a este funcionario. Me parece coherente su respuesta con su criterio. El capítulo más reciente trata de los parques de bomberos en la provincia. Se intenta seguir el criterio de utilizar las instituciones para dar servicio a los ciudadanos. Se pretende contar en las zonas más remotas incluso con recursos de municipios de otras provincias. Por fin un político no considera los entes públicos un fin en sí mismo, sino un recurso para dar servicios a los contribuyentes. Hace mucho que no veíamos a alguien tan implicado en dar una solución a cada problema y no en poner un problema para cada solución. Se puede debatir si buscar los bomberos en otra provincia es aceptable, pero siempre que lo primero sea dar el servicio antiincendios. Así nunca se pierde de vista lo fundamental: el servicio.

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