miércoles, 2 de junio de 2010

Fin de Inversión e Inicio de Gestión

El periodo de fuertes inversiones en obra pública parece haber llegado a su fin. Pese a su mala gestión como estadista, la etapa de Zapatero pasará a la historia de León como aquélla en que se recuperó el extraordinario déficit de infraestructuras que el resto de presidentes de la democracia habían alimentado. En consecuencia Zapatero, cuya periplo gubernamental parece concluir, será en su provincia un personaje histórico ambivalente.
Esa estimable herencia sumada al parón de nuevos proyectos en el conjunto del país coloca a León en una circunstancia competitiva más igualada. Va a ser la calidad de la gestión lo que marque la diferencia entre territorios a partir de ahora. Por esta razón la opinión pública debiera adoptar una actitud más exigente con los representantes en las instituciones.
Hay que preguntarse si el funcionamiento actual de las Cámaras de Comercio sirve para algo. En mi opinión para muy poco. Qué decir de las organizaciones empresariales FELE y CEL, que aparecen en todas las fotos sin que muchas veces se sepa para qué. ¿Quieren todos ellos ser actores del desarrollo leonés o sólo un sobrecoste para las empresas?
Por otra parte las instituciones públicas no pueden estar dirigidas por personas sin habilidad de negociación, sin representatividad, con formación insuficiente o sin visión global de nuestro territorio. Hemos de mirarnos en regiones más avanzadas que la nuestra y aprender de sus planteamientos y actitudes; de sus hombres: comprometidos como en Cantabria, proactivos como en La Rioja, flexibles como en Madrid, o rigurosos como en Navarra. Cuanto más sabemos más necesitamos aprender de los que son mejores que nosotros.
La formación va a ser fundamental, pero la universidad no puede enseñarnos cómo afrontar con éxito la realidad si no la conoce. La cátedra ha de salir más a la calle y atar los cabos sueltos de los problemas de aquí con criterios universales. Hay que hacer ciencia desde León para el mundo.
En resumen deberíamos tener una actitud más abierta, constructiva y humilde. Quizás así podamos alcanzar la posición de liderazgo con la que, en el fondo, soñamos para esta tierra.

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