jueves, 28 de octubre de 2010

León y los Presupuestos de la Junta

Una ojeada a los 20 tomos/archivos informáticos del presupuesto de la Junta aporta numerosas observaciones llamativas. Algunas tienen especial relevancia para León y en ellas nos detendremos.
El presupuesto desciende por segundo año consecutivo. En 2011 se prevé disponer de un 5% menos que en 2010. El reparto en los recortes es muy desigual entre consejerías. Fomento y Medio Ambiente, departamentos netamente inversores, se llevan la peor parte con descensos que se acercan al 30%. Esto deja a Silván una porción de sólo el 3,5% del presupuesto autonómico. Si se tiene en cuenta que buena parte de los fondos destinados a León proceden en realidad del Ministerio de Industria por el Plan del Carbón (circunvalación y travesía de Villablino, carretera Berlanga-Fresnedo, …) concluiremos que la Junta apenas destina recursos propios para nuestra provincia.
Revisando el volumen de inversión global por provincias el resultado no es más esperanzador. León sufre el mayor recorte, con 81 millones de euros menos que en 2010, lo que supone una rebaja del 28%. Dado que también ahí se contabilizan los fondos MINER, la cifra es realmente aún menor.
Por su parte un 20% de toda las inversión aparecen como “no provincializada”. Esto quiere decir que o bien esos 345 millones de euros se invierten en marte –cosa improbable, créanme- o bien terminan mayoritariamente en Valladolid, pero alguien no se atreve a ponerlo en el presupuesto.
Se podría argumentar que por qué León ha de recibir más inversiones que las otras provincias. La respuesta es sencilla: la asignación debiera combinar criterios de población y extensión, similares a los del cálculo de las transferencias de recursos del gobierno central. León es la provincia más extensa, con una notable diferencia sobre la siguiente: Burgos. Además sólo hay otra provincia con un poco más de población, Valladolid, pero que es mucho menos extensa. Ambos parámetros atribuirían a León el mayor volumen de inversión entre las provincias autonómicas, fondos MINER aparte. Cualquier otro escenario es inaceptable y nuestros representantes deberían estar denunciándolo profusa y continuamente.

viernes, 22 de octubre de 2010

La Nueva Terminal del Aeropuerto

Si una de las causas para que nuevos operadores se instalasen en el aeropuerto de León era su escasa capacidad, ahora ya no puede ser un argumento de apoyo. La nueva terminal satisfaría las necesidades más exigentes de cualquier compañía en un aeródromo de las características de La Virgen del Camino. En consecuencia, lo que ahora hace falta es capacidad de gestión para atraer nuevos vuelos.
El consorcio del aeropuerto a través de su presidencia, arguye diversos problemas para atraer nuevas compañías, pero lo único que sabemos los ciudadanos es que otros aeropuertos están experimentando fórmulas para captar más destinos; y además lo consiguen. Mientras tanto la pasividad y la desgana reinan en el consorcio leonés.
La realidad es que la nueva terminal pone a Isabel Carrasco en el centro de la atención política porque es la presidenta del consorcio y la principal responsable de sus resultados. Ya no hay excusas: hay terminal, pero no se renueva la oferta de vuelos. Si su gestión del consorcio, que aparece torpe cuando no directamente dejada, no cambia, va a quedar definitivamente asociada al fracaso del aeropuerto. Carrasco debe marcar otro paso o bien dejar el consorcio en otras manos; si no perderá la poca credibilidad que le queda.
Hoy se publica en la prensa que el recién inaugurado aeropuerto de Burgos oferta vuelos a Praga y Milán para diciembre. Qué pasa ¿Qué en Burgos no hay problema y aquí sí? Pues no va a quedar más remedio que pedir al consorcio que se deshaga del problema. Quizás así podamos ver por fin al aeropuerto desarrollarse hasta esos 250.000 pasajeros que, según un estudio del año 96, se dijo que tenía como primer potencial. Eso es dinero y empleo para León.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El Tranvía: Algunas Conclusiones

Una vez se aleja el debate sobre el tranvía merece la pena recapitular sobre la cuestión. Se trata de una de las infraestructuras que más puede transformar el perfil de una ciudad. En consecuencia convendría cerrar el debate más allá de la discusión partidaria y extraer de él cuantas enseñanzas se pueda.
He podido apreciar con cierto detalle los tranvías de Vitoria y Sevilla, ambos diferentes en su planteamiento. En los dos hay un denominador común: el afeamiento de la traza urbana debido a la maraña de cables y postes que aparejan. Es tanto así que en Vitoria hay calles del ensanche que han quedado literalmente destrozadas: carecen de perspectiva fotográfica, son zonas de atasco de tráfico y ya no invitan al paseo. En Sevilla las zonas abiertas se ven agredidas por una sucesión lineal de postes blancos sobre los que traquetean ruidosamente los numerosos autobuses urbanos, mucho más eficaces aunque no accedan al casco antiguo.
En ambos casos se corrobora el feísmo que comporta, la escasa flexibilidad (va semivacío la mayor parte del día) y la tortura en que se ha convertido el pavimento para el tráfico rodado. En resumen, el tranvía es un atraso allá donde no existía previamente. Sólo se justifica si aprovecha una infraestructura previa.
Otra cosa es el tren-tran que se desarrolla sobre el trayecto de FEVE. Esta solución ya existe en Bilbao y ha multiplicado el aprovechamiento de una infraestructura preexistente. Por lo tanto hablamos de cosas muy diferentes. En esto León ha tomado la delantera, un motivo para felicitar a sus promotores. No tardaremos en verlo en otras ciudades del norte.
Sin embargo es una certeza que los centros de las ciudades se están cerrando a los coches particulares y que hay que buscar alternativas de desplazamiento rápido. Es ahí donde se debe incidir en soluciones innovadoras y flexibles. Sugiero dos, pero caben muchas ideas más. La primera podría recoger el fundamento del trenecillo turístico: pequeños convoyes de longitud flexible y baja velocidad sobre ruedas. La segunda consistiría en vehículos eléctricos pequeños (9 plazas) en circulación continua sobre rutas cerradas.

miércoles, 13 de octubre de 2010

León Inexplorado

El pasado fin de semana tuvo lugar una marcha de celebración del 1100 aniversario del Reino de León en Fuentes de Peñacorada. Guiada por el erudito Eutimio Martino, recorrió seis kilómetros de bellísimos parajes utilizando caminos romanos. La riqueza de vestigios antiguos y de valores naturales desbordó las expectativas de los más de doscientos asistentes. Los comentarios más extendidos giraban en torno a la puesta en valor de una ruta tan atractiva y accesible.
Unos días antes tuvo lugar una excursión que recorrió en coche, con numerosas pero breves paradas, un trazado entre La Cabrera y El Bierzo por el Teleno, vial que alcanza los 1950 metros de altura. Las expresiones de sorpresa por el espectáculo visual fueron frecuentes. Pocos asistentes conocían ese trayecto que, por otra parte, es perfectamente accesible.
En ambos casos y en otros muchos que podrían citarse concurren dos elementos: un conjunto de recursos extraordinarios y el desconocimiento de los viajeros. Sin embargo nada hay en las guías oficiales sobre ambos recorridos y su calidad. Tampoco sobre muchos otros que se salen de lo trillado en innumerables ocasiones. En consecuencia algo falla en la promoción turística de León.
La acción publicitaria de una provincia con el potencial de la leonesa requiere de iniciativa, conocimiento del territorio, planificación y técnica en la ejecución. El efecto que causa la Diputación es de lo contrario. No se puede comprender que la oficina turística quede escondida en una calle trasera de su sede que casi nadie conoce. Tampoco que apenas ofrezca más que lo de siempre. Mucho menos el maremagnum de folletos sin unidad formal, que lo mismo suscribe POEDA, que Cuatro Valles, que …
Sin menospreciar el excelente trabajo de estas instituciones, la Diputación debe transmitir una idea global de qué recursos tiene esta Provincia con dos objetivos: seducir al turista y prolongar su estancia o, en su defecto, inducir al retorno. En definitiva, no se puede dejar el turismo en manos de políticos; hay que contratar y dejar trabajar a profesionales. Mientras no se produzca ese cambio estaremos desperdiciando oportunidades.

jueves, 7 de octubre de 2010

Sindicatos y Contradicciones

La huelga general ha confirmado que los sindicatos quieren hacer política. Es evidente que han buscado una justificación por no convocarla hace dos años, cuando procedía. Sin embargo cabe preguntar si estas organizaciones están preparadas para hacer más que defender sectorialmente los derechos laborales, que de por sí no es poco.
Digo esto al hilo de que reivindicar la marcha atrás del gobierno en la reforma laboral es justo lo contrario de lo que el Fondo Monetario Internacional y el ECOFIN están marcando como camino a España. Hablando en román paladino nuestra política económica está prácticamente intervenida desde mayo ante la desconfianza hacia el gobierno. Tenemos que hacer lo que nos dicen, se enteren los líderes sindicales o no. Debemos aproximadamente 4 veces nuestro PIB anual si se suma la deuda pública, la de las familias, la de nuestros bancos y la de las empresas no financieras.
Actualmente nuestra capacidad para devolver esos créditos está por debajo de lo que requieren los vencimientos. Conviene recordar que los bancos españoles suponen para el Banco Central Europeo el 25% de todos sus créditos. Si se tiene en cuenta que suponemos menos de la décima parte de la economía comunitaria sólo queda una conclusión: sin el acuerdo de Europa para dar liquidez a nuestros bancos España estaría en quiebra y arrastraría a buena parte de las potencias occidentales. Eso es lo que hay. Por si fuera poco acaban de rebajar la calificación de nuestra deuda pública. ¿Y en estas condiciones vienen los sindicatos a pedir que nada se mueva? Si no alcanzan el nivel para jugar a la política, que no importunen. Al menos así ahorraremos la vergüenza que nos han hecho pasar.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Sindicatos y Evolución

La huelga general convocada por los sindicatos el 29 de septiembre ha puesto en tela de juicio su forma de actuar. La respuesta de los trabajadores fue pobre y forzada, como anticipaban las opiniones críticas de muchos de ellos. Los incidentes con los mineros en León, donde se les acusó de oportunistas por pretender capitalizar la acogida a la marcha negra, y la débil participación en la manifestación, en la que apenas había mil personas -según las fotografías-, han plasmado una imagen desfavorable de la trama sindical.
Los sindicatos han protagonizado la mejora y dignificación de las condiciones laborales de los trabajadores. Aún hoy son imprescindibles para conducir la negociación colectiva y confrontar con la patronal, arcaica en algunos aspectos. Sin embargo sería lamentable que este revolcón no condujese hacia una revisión autocrítica en las centrales. Los sindicatos necesitan un replanteamiento sustancial de sus estructuras y actuaciones, aunque algunos militantes, al parecer, no sean conscientes.
En primer lugar ya no deberían forzar la participación en las huelgas con piquetes. Si eso tenía sentido hace veinte años, hoy el país ha cambiado y la gente va o no a la huelga según su voluntad en la inmensa mayoría de los casos. Es violento, abusivo e inadmisible. Mucho más en las PYMES, donde la presencia sindical es mínima y de las que no se ocupan prácticamente nunca. Destila oportunismo. Los sindicatos se han acantonado en la comodidad de la gran empresa casi exclusivamente. En consecuencia sus trabajadores disfrutan de mejores condiciones, abriendo una brecha profunda con el resto.
No es de recibo que los liberados no tengan un trabajo supervisado y que se dediquen a la vida muelle, tampoco que se opongan comunmente a negociar sobre productividad, o que algunos líderes viajen en coche con chófer, o que defiendan a colectivos privilegiados, o … En resumen, los sindicatos han perdido una de sus principales herramientas de convocatoria y de reconocimiento social: la autoridad moral. Urge una catarsis que restaure su imprescindible representatividad antes de que el daño sea irreparable para todos.