miércoles, 16 de enero de 2013

Fusión, Cajas, Políticos y Soluciones

La política seguida para fusionar las cajas en la autonomía de Castilla y León ha concluido en el deterioro cuando no desaparición de todas esas entidades financieras. Hace unos días los políticos autonómicos populares tuvieron la osadía de argumentar su inocencia porque, según explicaron, no se hizo lo que ellos decían. Conviene analizar con calma su actuación, que les hace responsables del desaguisado. El PP autonómico pretendía reunir en una sola entidad todas las cajas. Eso hubiese concentrado los riesgos, riesgos inaceptables asumidos por consejos de administración atestados de políticos populares (y de los otros). Como tampoco había complementariedad ni en territorios ni en cartera de inversión, la fusión se hubiese traducido en miles de despidos y cierres de centenares de oficinas para obtener un mastodonte henchido de basura inmobiliaria. La intervención hubiese sido inevitable, más si se tiene en cuenta que hubiese quedado en manos de un consejo dominado por tan desastrosos estrategas. La situación no hubiese sido peor si las fusiones hubiesen buscado complementariedades fuera de la autonomía. Antes bien, se habrían salvado puestos de trabajo y la corte de ineptos minimizaría su influencia en un negocio que han demostrado desconocer. Dicen que la ignorancia es la madre de todos los desmanes. Así nos ha ido. Pero volviendo a la situación del Banco CEISS, ahora es necesario plantear nuestro interés como ciudadanos leoneses por una parte y como ciudadanos españoles de otra. Que CEISS va a necesitar cuantiosos fondos públicos para subsistir es una realidad en un marco financiero en que no se deja quebrar ninguna entidad. La cuestión clave es ¿para qué reflotar con fondos públicos si luego se va a regalar el banco a un tercero, como sucedió con el banco de Valencia por ejemplo? Aunque cueste un poco más es preferible dejar una entidad independiente, pero capaz de competir en un negocio que va camino de convertirse en un oligopolio similar al de la energía. Y todos sabemos las consecuencias: aumentar el coste del servicio y establecer una falsa competencia para maquillarlo. Por eso CEISS mejor solo.

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