jueves, 16 de octubre de 2014

LA CRISIS DEL AEROPUERTO

La semana pasada se ha hecho público que el aeropuerto de León acumula este año menos pasajeros que el de Burgos. Ha hecho falta este dato para que un latigazo agitase la vida pública leonesa, pese a que las cifras de tráfico de La Virgen del Camino vienen cayendo agudamente desde hace mucho. Y no es que tengamos que pensar que León es, en movimiento aeroportuario, mucho más que Burgos, o que tengamos complejo de superioridad respecto a esa provincia. Sin embargo el Aeropuerto de Villafría ha estado siempre en unas cifras modestas de pasajeros, que nunca alcanzaron los 40.000 anuales, y con tasas de ocupación de sus vuelos por debajo de las leonesas. El Aeropuerto de León llegó a tener no hace mucho tiempo más de 160.000 pasajeros anuales. Este año va a superar escasamente el 10% de esa cifra. No hay ninguna crisis económica que justifique ese descenso; sólo la mala gestión en la comercialización y en la promoción de sus servicios. Repito: nada puede justificar, en condiciones normales, una caída del 90% en el número de viajeros del Aeropuerto de León. Aunque en al aeropuerto hay varios actores, dos de ellos sobresalen más que los demás: AENA y el Consorcio Provincial para la Promoción. Que acudan operadores a La Virgen del Camino, con el resultado final de un aumento del número de pasajeros, es fundamentalmente producto de la gestión de ambas instituciones. Para ello hay que hacer un análisis primordialmente comercial. Puesto que el aeropuerto no puede ir peor, puede haber llegando el momento de hacer una evaluación de este tipo, aprovechando la nueva presidencia del Consorcio. Las cuentas son ahora relativamente fáciles: un vuelo a Barcelona a las horas adecuadas y con los precios adecuados aportaría por sí solo 35.000 pasajeros al año, casi el doble de los que volarán en 2014. El resto de vuelos, muy inferiores en aportación, pueden acercar la cifra total a 50.000 tal y como están las cosas. Y para este examen no hace falta mucha investigación porque los datos ya se tienen de cuando el aeropuerto permitía volar en esas condiciones de horario y precio, y no había crisis. Entonces solo el destino a Barcelona aportaba 65.000 pasajeros. Por otra parte, es imprescindible salir a buscar compañías con personal eminentemente comercial que domine el inglés. No se puede volver a hacer el ridículo que se sufrió con Ryan Air, cuando quienes tuvieron acceso a su propuesta no la entendieron al estar redactada (cómo no) en inglés. Hay que saber ceder el puesto cuando no se está preparado.

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