miércoles, 1 de octubre de 2014

LEÓN Y LA POLÍTICA INDUSTRIAL

Tradicionalmente León ha estado al margen de la política industrial a todos los niveles. Se entiende por política industrial una acción global y planificada para orientar el desarrollo de las empresas del sector secundario. En los momentos actuales León atraviesa uno de los momentos más críticos para su futuro en este campo. Teniendo en cuenta que la política industrial depende de la Junta de Castilla y León habría que estar atentos a sus movimientos. A propósito de esto acaba de hacerse público el III Acuerdo Marco para la Competitividad e Innovación Industrial de Castilla y León 2014-2020. Se trata de todo un plan para apoyar y desarrollar el sector industrial en la autonomía. Su redacción corresponde a la de un plan estratégico que, tras su lectura, con toda probabilidad ha sido encargado a técnicos. El documento, de 158 páginas, fue firmado por los sindicatos y las organizaciones empresariales. Solo para este año compromete cerca de 500 millones de euros, por lo que podemos asegurar que se trata de un elemento central para definir la política industrial. Resulta extraño que en León no se haya hablado de este tema. Es más, dada la enorme importancia del documento, sorprende que ni las organizaciones empresariales locales ni los sindicatos tengan nada que decir. Pensando mal se diría que o no lo han leído o, si lo han hecho, no lo han entendido. En todo caso, cuando casi todos los síntomas económicos de León son de estancamiento, hay que pedir cuentas a estas organizaciones, que reciben fondos públicos. Igualmente hay que preguntarse si la consejería responsable va a desarrollar el plan estratégico como lo dé la gana o si estos agentes sociales tienen voluntad y criterio para decir algo. Estamos ante una oportunidad que León no puede perder: aprovechar las herramientas de este plan para cambiar la inercia negativa del entorno leonés. Cabe cuestionar si las organizaciones socioeconómicas tienen la altura para constituirse en interlocutores de la Junta en esta cuestión o si deben ser arrinconados por otras organizaciones más activas, más formadas y con criterios centrados en el bien común de los leoneses. La actividad de la Cámara de Comercio, de la FELE, del CEL, de CCOO, de la UGT, de USO y del resto de agentes no puede consistir fundamentalmente en salir a declarar obviedades o a reír las gracias del político de turno. Hay un trabajo técnico que hacer (¿estarán capacitados?) y una acción de interlocución que realizar (¿habrá habilidades para realizarla con eficacia?). Y se ciernen muchas dudas sobre su cualificación.

No hay comentarios: