jueves, 4 de mayo de 2017

NUESTRA INSERCIÓN EN LA ECONOMÍA

Hace unos días revisaba alguno de mis documentos de análisis donde se aprecia cómo se inserta León en los flujos de la economía mundial. En un mundo crecientemente urbano las áreas metropolitanas de más de 100.000 habitantes son los lugares donde se concentra la economía y el conocimiento. Es allí donde se producen más intercambios de información y donde se generan más oportunidades de negocio. Alrededor de estas urbes se encuentran espacios bastante poblados, pero menos urbanizados que orbitan en torno a las ciudades. Y los intersticios están casi vacíos. Entre un área metropolitana y otra suelen existir ciudades más pequeñas que actúan como enlaces y definen corredores de comunicaciones poblados. Cuando dos áreas metropolitanas distan entre sí menos de 100 kms tiende a establecerse una mayor interrelación, alcanzando cierto grado de cohesión interna. En esos casos estamos hablando de la creación de una región económica, cuyos límites suelen no coincidir con las divisiones políticas. Las regiones económicas se configuran como las referencias para la integración de sus ciudades y territorios en la economía mundial. Por eso intentar publicitar áreas que carecen de conexión interna es un error, ya que se pierde la inversión o no llega a algunas de sus partes. En España hay regiones económicas muy consolidadas como la vasco-cantábrica (que incluye Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y Burgos) o la atlántica (incluye Coruña, Pontevedra y el arco costero portugués hasta Aveiro) que se promocionan de manera continua. Por el contrario hay otras como la asturleonesa (Asturias y León), la vallisoletana (Valladolid y sur de Palencia) o la salmantina (Salamanca y sur de Zamora) que no se consolidan por una deficiente visión de sus necesidades económico-políticas . Existe la idea de que la política construye la realidad y eso no es acertado, como demuestran los datos de evolución de población, renta y mercado laboral de las ciudades. Donde se promocionan las áreas regionales, el conjunto crece. Donde no se reconocen y se promueve otra cosa, se entra en declive. Así lo ha mostrado una vez más la actualización del padrón municipal que ha publicado el INE. León, Zamora y Salamanca van muy mal, pero es que Valladolid tampoco va muy bien a pesar del chorro de dinero público que recibe. El sistema de trabajo de la administración pública aquí está fallando inequívocamente. Por esa razón hay que cambiar muchos planteamientos políticos. Nuestras ciudades se debilitan y perdemos posición competitiva. O se cambia ahora o más tarde será aún más difícil y todo el noroeste quedará debilitado y, finalmente, pobre.

1 comentario:

Carmen dijo...

Una explicación lógica de una realidad como debería ser. Espacios poblados, intersticios vacíos entre ellos y posibilidades económicas.Esas regiones con proximidad a urbes más pobladas, tendrían que ser el comienzo de la eficiencia de oportunidades. El análisis socio-político y económico creo que generaría el crecimiento y la viabilidad de una zona que tiene en sus límites una red de infraestructuras implantadas. Estas posibilidades, facilitarían el crecimiento, y el camino a la implantación de generadores de trabajo y producción. Por qué es tan difícil actuar? No ganaríamos todos, unos con trabajo y otros con logros políticos? Y al final sería una buena administración con resultados.