miércoles, 20 de octubre de 2010

El Tranvía: Algunas Conclusiones

Una vez se aleja el debate sobre el tranvía merece la pena recapitular sobre la cuestión. Se trata de una de las infraestructuras que más puede transformar el perfil de una ciudad. En consecuencia convendría cerrar el debate más allá de la discusión partidaria y extraer de él cuantas enseñanzas se pueda.
He podido apreciar con cierto detalle los tranvías de Vitoria y Sevilla, ambos diferentes en su planteamiento. En los dos hay un denominador común: el afeamiento de la traza urbana debido a la maraña de cables y postes que aparejan. Es tanto así que en Vitoria hay calles del ensanche que han quedado literalmente destrozadas: carecen de perspectiva fotográfica, son zonas de atasco de tráfico y ya no invitan al paseo. En Sevilla las zonas abiertas se ven agredidas por una sucesión lineal de postes blancos sobre los que traquetean ruidosamente los numerosos autobuses urbanos, mucho más eficaces aunque no accedan al casco antiguo.
En ambos casos se corrobora el feísmo que comporta, la escasa flexibilidad (va semivacío la mayor parte del día) y la tortura en que se ha convertido el pavimento para el tráfico rodado. En resumen, el tranvía es un atraso allá donde no existía previamente. Sólo se justifica si aprovecha una infraestructura previa.
Otra cosa es el tren-tran que se desarrolla sobre el trayecto de FEVE. Esta solución ya existe en Bilbao y ha multiplicado el aprovechamiento de una infraestructura preexistente. Por lo tanto hablamos de cosas muy diferentes. En esto León ha tomado la delantera, un motivo para felicitar a sus promotores. No tardaremos en verlo en otras ciudades del norte.
Sin embargo es una certeza que los centros de las ciudades se están cerrando a los coches particulares y que hay que buscar alternativas de desplazamiento rápido. Es ahí donde se debe incidir en soluciones innovadoras y flexibles. Sugiero dos, pero caben muchas ideas más. La primera podría recoger el fundamento del trenecillo turístico: pequeños convoyes de longitud flexible y baja velocidad sobre ruedas. La segunda consistiría en vehículos eléctricos pequeños (9 plazas) en circulación continua sobre rutas cerradas.

4 comentarios:

Jorge desde Vitoria dijo...

Algunas puntualizaciones sobre el tranvía de Vitoria: Debe de andar usted mal de la vista porque el tranvía transporta una media de 22.000 personas diarias (menos los sábados y domingos) el uso mensual está en torno a las 600.000 personas.(más los que se cuelan, 1 de cada 5). Las calles de la Avenida de Gasteiz y Sancho el Sabio (las más amplias) han sido remodeladas y han suprimido parte de los carriles para los coches. Ahora es INDICUTIBLEMENTE más peatonal, con más vida, más comercial y más transitada. Antes con coches era bastante más fea y peligrosa. Invito a los lectores a buscar en google o youtube la palabra tranvía de Vitoria. y que saquen sus propias conclusiones.

Cisastur dijo...

Lamento no compartir su punto de vista. La calle Gasteiz tiene un trozo de prado lineal e impracticable sobre el que se desliza el tranvía. Pregúntele a los transeúntes qué les parecen los hierbajos. A los visitantes ya lo ve. Los postes, perdóneme, no tiene perdón de Dios. Cuando el convoy penetra en el ensanche, que por ser del S XIX es especialmente angosto, resulta lamentable. El trazado por el que discurre ha quedado borrado de la faz de la trama viaria paseable. En cuanto a las 22.000 personas diarias, le diré que eso no es nada que no se pueda hacer con otros medios menos traumáticos para la ciudad y carriles de uso específico para transporte público -pero sin praderitas, por favor-.
Con todo se trata de una ciudad muy bella. El tranvía la afea.

Jorge de Vitoria dijo...

Pues no coincidimos !! Desde luego que otros medios públicos pueden y deben competir o complementarse con el tranvía: las bicis públicas, los BRT ( Bus Rapad Transit con plataformas reservadas, prioridad semafórica,…) etc. Pero ha sido el tranvía el único capaz de dignificar el transporte público gracias a la altísima puntualidad (frecuencias de 6 min.), accesibilidad total (carritos de niños, mayores, etc.), plataforma exclusiva (ha quitado carriles para coches y aparcamientos), prioridad semafórica (permite atravesar la ciudad -con 12 paradas- en 17 min. exactos).

Todas las calles por la que pasa han ganado espacio al coche otorgándoselo al peatón. A mi esas calles me parecían bastante mas feas antes llenas de coches aparcados o en atascos perpetuos., por no hablar de la seguridad. Los tranvías circulan SIEMPRE con total seguridad ya que son conducidos por profesionales que no pueden NUNCA superar la velocidad máxima de 50 Km./h en todo su recorrido y 15 Km./h en la parte más angosta que usted dice. Antes era bastante más peligroso esquivar a muchos locos al volante a velocidades excesivas. (se lo puedo asegurar).

En cuanto a los postes, hay muchos puntos de vista estéticos (ni mejores ni peores), en un futuro no lejano los avances técnicos permitirán ir prescindiendo de ellos (existen pero son más caros por el momento). En cuanto a las “praderitas” a las que usted se refiere, su cometido, aparte de visual, es IMPEDIR que los coches invadan la plataforma del tranvía. No estamos aún suficientemente educados para permitir que el transporte público sea priorizado y se deben buscar argucias para evitar que los coches privados dificulten el transporte colectivo.

Otro elemento importante es la satisfacción de la gente que lo usa y no hay nada como preguntárselo a los usuarios. Hágalo!!

Cisastur dijo...

No dudo que el tranvía tenga ventajas. Conocía las que usted comenta. Se le olvidó al menos una: es silencioso.
Pero pasar de puntillas sobre las desventajas es parcial, aunque comprendo que usted defienda algo que conoce tan bien. El coste es un disparate. Eso plantea su inconveniencia por debajo de ciertos volúmenes, como el de León o el de Vitoria e, incluso, el de Sevilla. La plataforma exclusiva es otra desventaja que usted pone como ventaja. Eso es inflexibilidad, un corsé para toda la ciudad. Tenemos que tender a ciudades con una cierta plasticidad y usted lo que plantea es la eclerosis ¿O va a cambiar los trayectos todos los años?. La estética, le guste o no, es deplorable. Mire lo que está haciendo Sevilla. Respecto a la seguridad, también hay atropellos por tranvía, por su silencio.
Lo que fuese antes Vitoria no sería muy distinto a lo que son otras ciudades donde no hay problema por no tener tranvía y sí mucho ahorro, entre otras ventajas. Alternativas de transporte público hay. También hay más flexibilidad de recorridos y no se montan los carajales que produce el tranvía en obras, que anula la línea y atasca la ciudad.
Pregunte en Sevilla, donde están ocultando la catenaria debido a su fealdad, como le decía. Tienen un atasco y un lío de circulación monumental. Y eso sólo unos pocos años tras su implantación.
Por último, sobre la satisfacción de los usuarios, pregunte usted a los que usan otros medios también. A lo mejor resulta que ni hay diferencias notorias ni radicales cambios que justifiquen semejante inversión. Otra cosa es que no se quieran ver las alternativas, pero eso entra dentro del campo de la moda o de los intereses, no de la conveniencia.