miércoles, 29 de diciembre de 2010

Oeste: Crisis y Alternativa

La explotación de los datos de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de los últimos 10 años permite extraer conclusiones fundamentales sobre la tendencia del mercado laboral español. Ya adelantamos algunas de gran calado la semana pasada. En esta profundizaremos en los desequilibrios territoriales, para subrayar la necesidad de analizar sus causas y de la aplicación posterior de tratamiento.
Habíamos visto cómo las autonomías uniprovinciales han liderado el avance del mercado laboral, con un 37% de incremento, frente al 27% de la media española. Sólo dos núcleos ajenos -el formado por Málaga y Almería, y el integrado por Toledo y Guadalajara- superan esa media destacada, propia de provincias de primera categoría. En todo caso se trata de territorios alejados de León.
Cuando examinamos los últimos puestos por evolución del empleo, observaremos que de las 11 últimas provincias 8 corresponden al oeste: Lugo, Orense, Pontevedra, León, Palencia, Salamanca, Ávila y Cáceres. Además Asturias, La Coruña, Valladolid y Badajoz, sedes autonómicas del área, crecen por debajo de la media de su grupo. Esto proporciona un panorama decadente que habrá que combatir.
En resumen, si consideramos el mercado de trabajo como un síntoma de la vitalidad económica observaremos que en los últimos 10 años las zonas más dinámicas del país están lejos de León. Además nuestra región se encuentra rodeada de provincias con mala evolución, que ocupan el oeste peninsular y que pivotan en torno a dos centros de depresión muy claros: Orense-Lugo y Cáceres-Ávila.
La situación no difiere de la previsible en el año 2000 con los datos que entonces manejábamos. De esto se concluye que las medidas de las instituciones han fracasado o no han sostenido la intensidad requerida. Por esta razón sería necesario que cristalizase una representación política de estas provincias, pero con énfasis en las que presentan peores datos. Ésta actuaría como interlocutora ante el resto de poderes públicos. Se conseguiría así denunciar y corregir decididamente este injustificable desfase del oeste peninsular y su consiguiente pérdida de relevancia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un buen artículo, y creo que con ideas muy buenas. Que llegue a hacerse realidad esa especie de "frente común del Oeste" políticamente eso ya es otra cosa. Me recuerda un poco a lo de la Ruta de la Plata: a la hora de la verdad sólo la defiende Zamora (porque le va la vida en ello) y algo Salamanca y León, y con poquitinas ganas. (Salamanca ya tiene la autopista a Portugal y León la N-VI, con lo cual las intenciones se difuminan, Extremadura no sé de qué va). Al resto de provincias al norte y al sur les interesa más bien poco por mucha publicidad que hagan. Mira, soy asturiano y conozco bien mi región, mucho bobo por metro cuadrado, también Galicia (también metida de lleno en el "oeste decadente"), por motivos de trabajo me muevo bastante por la zona de la que hablas. El problema es que cada cual va por su lado y no vemos eso como una unidad. Galicia vive en su mundo, y se ve a si misma como una península dentro de España. Son muy buena gente pero son como son. Quieren ir por libre y sanseacabó. No se puede contar con ella. Asturias tampoco se ve dentro de ese eje del que hablas: más bien nos vemos en un eje cantábrico este-oeste y de ahí no nos sacas ni a tiros. No es algo racional, sino de mentalidad de aldea de Asterix, como los gallegos (a un asturiano de pura cepa le hablas de algo al sur de Pajares y automáticamente piensa en paises extraños que van a los toros y bailan flamenco, increible pero literal, pa mexase). En cuanto a vosotros, pues ya sabrás como están las cosas para ponerse de acuerdo en algo por ahí: puñalada trapera y codazo entre provincias hermanas. También de pena. En fin, la intención y la idea me parecen sobresalientes. La necesidad de hacerlo, como el comer tal y como van las cosas. La realidad del "Oeste", una pena. A verlas venir. Gracias de todas formas por el blog.

Cisastur dijo...

A ti por participar.