jueves, 5 de mayo de 2011

Universidad y Élite

España atraviesa un momento en que sus estructuras fundamentales están siendo sometidas a revisión, debido a que la profunda crisis económica ha declarado grandes e insostenibles ineficiencias. Una de las instituciones que serán revisadas con prontitud, según se rumorea en círculos políticos, es la universidad.
De un análisis general se puede extraer que durante estos últimos treinta años se ha popularizado el acceso a los estudios universitarios. Además, una multiplicación de campus produjo la masificación de sus estudios por una parte e hizo descender el nivel académico por otra. Una de las consecuencias más notorias ha sido la desproporcionada dotación de titulados en disciplinas que carecían de la demanda correspondiente. Esta acumulación de esfuerzo baldío supuso un coste enorme al país y también un fraude para los afectados, que no han visto recompensa a su dedicación. Generar diplomados y licenciados que no se necesitan con fondos públicos es una necedad desde cualquier punto de vista.
Por otra parte, se apartó la connotación elitista de los estudios universitarios. Una de las causas es que durante una época cierto progresismo veía en las élites un enemigo. La pobrísima imagen interior y exterior que causa ahora la presencia en el de personas sin una formación aceptable en el aparato gubernamental ha desengañado a todos. Pero ya es tarde: el coste para el país está siendo descomunal.
En conclusión, la reforma de la universidad se aproxima por la vía de una contracción en el número de plazas ofertadas y en el de facultades. Además, el acceso deberá ser más selectivo en términos de talento y conocimiento. El país debe cultivar una élite que actúe como locomotora de la ciencia, la política y la economía españolas. Item más, deben ser los mejores quienes actúen como interlocutores al máximo nivel.
En esa transformación la universidad leonesa debería trazar estrategias que garantizasen la continuidad de una oferta suficiente, interesante, con proyección y elitismo -o, si se prefiere, excelencia- en nuestra provincia. Sería importante abrir ese debate antes de que se planteen hechos consumados.

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