miércoles, 21 de marzo de 2012

Ayuntamientos, Ruinas y Enchufes

Ahora que las nuevas disposiciones del gobierno central ponen bajo el microscopio la gestión de los municipios, se van conociendo detalles sobre las diferencias entre unos y otros. En una primera aproximación se observa que, mientras algunos no necesitan dinero del Instituto de Crédito Oficial para pagar a los proveedores, otros requieren cantidades astronómicas. Como no se conoce una razón sustancial para explicar tales diferencias cabría preguntar si se pedirán responsabilidades a los actores de tal disparate. Si no existe castigo ejemplar donde sea de razón, podría volver a producirse un desafuero similar.
Por otra parte, se está comprobando cómo algunos de los gastos realizados carecen de la racionalidad más elemental. Quisiera saber si los funcionarios responsables de supervisar estas actuaciones, personal de élite dentro del mundo laboral público, cumplieron su trabajo. Si lo hicieron y aún así la ley lo permite, es que la ley falla, y si, por el contrario, la ley no lo permite, fallan los funcionarios, a los que algo habría que exigir. Para más escarnio, a estos trabajadores, que se hallan en las escalas salariales más altas, se les permite en algunos ayuntamientos una laxitud horaria que no se entiende.
Respecto a los señores que llegan a alcaldes y concejales, son gente del pueblo que en muchos casos evidencian que no eran los primeros de la clase. A veces se aprecia en los candidatos una falta de fundamentos sobre administración que causa escalofríos. Hay algunos alcaldes que son como adobes, otros son caraduras y una mayoría gente normal. ¿No se podría paliar estas carencias con cursos obligatorios de administración pública y unas pruebas para poder acceder a la carrera política?
Por último, son muchos los empleados públicos que se quejan de los enchufados que llenan muchos despachos de la administración, a la que accedieron mediante pruebas supuestamente amañadas. Habrá que preguntarles ¿dónde estaban sus sindicatos para denunciar esos atajos fraudulentos?
La administración pública local necesita una profunda reforma, sí, pero todos los actores de esta obra son responsables de concluirla.

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