Semana Crucial para el Aeropuerto

Esta semana se decide si el Aeropuerto de León dispondrá de más vuelos regulares que el que Air Nostrum y la Junta han dejado, solitario y de combinación difícil, como si de salvar la cara se tratase. La ocasión es favorable porque la compañía ofertante está en buena disposición, el consorcio del aeropuerto cuenta con fondos para incentivarla, las tarifas de viaje parecen razonables y existe notable expectación sobre el final de las negociaciones. Una respuesta negativa dejaría en una posición difícil de explicar a la presidenta del consorcio y sacaría a la calle al mundo asociativo leonés, preocupado como está por una posible actitud negligente por parte de quienes deciden.
El Aeropuerto de León es una oportunidad para generar movimiento económico en León y su desaprovechamiento, en la profunda crisis que atraviesa el país y la provincia, afectaría a numerosos sectores como el de transporte público, hoteles, bares, restaurantes, tiendas de todo tipo, agencias de viajes, espectáculos, turismo rural, empresas exportadoras, promoción inmobiliaria, consultoría, delegaciones territoriales de todo tipo … No es casual que alguno de los hoteles de León haya tenido que cerrar mientras paradójicamente se discutía si el aeropuerto era un despilfarro. A nadie se le había ocurrido que con lo que costó el aeropuerto no da ni para empezar el soterramiento del AVE en León, ni para comprar cuatro trenes AVE, ni, por supuesto, para tender siquiera diez kilómetros de vía de la hipersubvencionada alta velocidad.
No se trata de comparar un medio de comunicación con otro, sino de que todo el mundo sea consciente de que el coste del aeropuerto es residual y que permite trasladar gente desde cualquier otra parte del mundo que también tenga aeropuerto a León, algo que ningún otro medio de transporte permite. Por eso la infraestructura aérea resulta estratégica para el desarrollo y también por eso una negativa del consorcio al acuerdo con la única compañía posible en este momento no iba a quedar sin castigo, como la pifia que supuso el desinterés por el preacuerdo con Ryan Air. Tropezar dos veces en la misma piedra...