martes, 13 de marzo de 2012

Reconstitución Laboral y Sindical

Los cambios en la legislación laboral que acaba de aprobar el gobierno no son una reforma, como se está diciendo, sino una reconstitución en toda regla de las normas de relación entre trabajadores y empresas. Ese es el planteamiento que, acertadamente o no, ha hecho el gobierno de Rajoy con todas las cuestiones que va tocando. Se replantean de nuevo y, si la legislación existente se acerca, se reforma, pero si no, se cambian las reglas del juego buscando la competitividad.
En el caso de las relaciones laborales establecidas hasta ahora, que se han mostrado como un completo fracaso porque las cifras de paro no tienen parangón en ningún país desarrollado, había que realizar una transformación radical. Se ha tomado como modelo las reglas de juego de otros países europeos menos disfuncionales, lo que es un acierto. Los resultados irán dictando qué retoques se han de realizar en los próximos años.
En esta coyuntura los sindicatos no han sabido reaccionar. La representación sindical, que es un elemento imprescindible en las relaciones laborales, ha dado la imagen de estar más preocupada por la defensa gremial de los trabajadores en mejores condiciones que de los más desfavorecidos, que deberían ser su campo de acción supuestamente, ahora que sus líderes opinan en todos los foros. A nadie le hubiese extrañado una pancarta de apertura en la manifestación del domingo que dijese “qué hay de lo mío”. Han dejado abierto el recurso a la acusación de que se desentienden de los parados.
Confiemos en la inteligencia de sus líderes para que reaccionen y vuelvan a su raíz de izquierda, es decir, a la propuesta frente a la negación, a la igualdad frente al privilegio, a la responsabilidad frente al “no es mi problema”. En estos años unas cúpulas desclasadas y acomodadas han querido empotrarse en una suerte de patriciado en el que se han perdido las esencias de una izquierda constructiva y proselitista.
Vuelvan a su ser, señores, porque la patronal española tampoco está a la altura de estos tiempos complicados, que requieren gente valiosa, y la mayoría de los ciudadanos sin ustedes, mientras tontean con el poder ¿qué haremos?

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