Caja España y El Rescate

El rescate de una parte de la banca española negociado este fin de semana en el Eurogrupo supone la disposición de una línea de crédito que suma casi el 10% del PIB español. A este recurso acudirán fundamentalmente entidades derivadas de las antiguas cajas, a las que nuestros políticos –que copaban sus consejos- llevaron al desastre en la mayoría de los casos. Y si no fue en todos se debe a que en algunas de ellas, como Unicaja, había una dirección profesional, técnica, agresiva, refractaria a las conveniencias políticas y dispuesta a batirse a cara de perro con quien fuera.
En otros lugares, más dados al besamanos, la soberbia de los políticos sin formación empresarial especuló con el “músculo bancario”, cecina financiera ya, que vaga por los mercados como entidades zombi. Son los casos de Caja España-Duero, de Bankia, de Caixabank, de Caixa Catalunya …
El rescate no abrirá las puertas del crédito porque las condiciones de acceso para los bancos incluirán medidas draconianas. Quien pueda absorber las gigantescas pérdidas de su cartera de ladrillo contra los beneficios y las reservas lo hará. En consecuencia quedará con poca liquidez para dar crédito. Es el caso del 70% del sistema financiero: Santander, Bilbao y Caixa Bank, que se apresurarán a vender sus pisos y solares asumiendo pérdidas, pero sin pedir dinero para evitar una supervisión estrecha.
En el de Caja España-Duero, la cuerda se tensa con Unicaja. Hasta otoño no habrá fusión jurídica, es decir, que no habrá fusión. Si las condiciones de supervivencia para Caja España-Duero cambiasen, Unicaja podría forzar más aún su clara superioridad negociadora. Si Caja España-Duero pide recursos al mecanismo de rescate habrá nuevas medidas de ajuste interno, pero Unicaja no querrá asumir tales recortes, ya que el grado de deterioro de la entidad leonesa no va con ella. En resumen, a falta de saber los requisitos que el fondo de rescate va a exigir al FROB y a las entidades solicitantes, Caja España puede verse sometida a otro achuchón. Habrá que saber qué tienen pensado esos genios de Valladolid, responsables últimos del desastre, para tan amargo trago.