miércoles, 29 de abril de 2009

León, Tranvía y Modernidad

Se produce en las últimas semanas un debate en torno al proyecto de tranvía para la ciudad de León. Los argumentos van en dos direcciones: una sobre el ancho de vía que sería más indicado y otra sobre su necesidad o no.
Respecto a la primera, parece lógico que el tranvía leonés explote todas las posibilidades valiéndose de las infraestructuras existentes. En León, una vez eliminada la posibilidad de compartir las vías del tren convencional, el ferrocarril de vía estrecha supone un recurso que nos diferencia de otras ciudades españolas. Además éste recorre un largo tramo urbano, que vendría a componer buena parte de una línea. La adopción de un ancho de vía incompatible no parece lógica y habría de explicarse profusa y claramente.
En lo referente a la necesidad del tranvía estamos ante una opción de modernidad. Las ciudades asumen transformaciones que las actualizan. La creación del ensanche, la estación del tren y el barrio ferroviario o la creación de un campus universitario fueron hitos que marcaron la evolución de muchos núcleos. Su paralización supone un retraso. La extensión del transporte público, la mejora de la movilidad urbana y la limitación del vehículo particular son corrientes de nuestro tiempo. Sin ellas León quedaría descolgado.
En consecuencia, la oposición al tranvía es una corriente retardataria para la ciudad. Otra cosa es la discusión del ancho de vía que, si no se justifica otra cosa, debiera ser el de FEVE.

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