miércoles, 26 de octubre de 2011

Productividad y Horarios Comerciales

La Comunidad de Madrid pretende implantar la libertad de horarios en todos los establecimientos comerciales. El pretexto es mejorar la oferta al público y, supuestamente, aumentar la competitividad. Sin embargo tal decisión entraña importantes contradicciones que ponen en entredicho su idoneidad.
En primer lugar, hay que concluir que España tiene un problema de productividad. La amplitud actual de los horarios comerciales es suficiente para que todos podamos acudir a los comercios. Por eso una ampliación se traduciría en un descenso de la productividad. Esto se deriva de que el volumen total de compras no varía en función de la amplitud de los horarios de apertura. Si se amplía y ya era suficiente, las mismas ventas se repartirán entre un mayor número de horas. En consecuencia por encima de cierto número de horas de apertura la productividad se desploma porque las ventas se estancan y los gastos crecen. Por lo tanto la medida, lejos de mejorar la productividad, supone un descenso de la eficiencia.
En segundo lugar, se puede deducir que si un determinado número de horas de apertura comercial son insuficientes para que todos podamos ser atendidos, lo mismo ha de aplicarse a todas las actividades de atención al público. Por esa razón los mismos horarios que se apliquen a la actividad comercial deberían extenderse a la banca, a la administración pública, a los profesionales libres, etc. Resulta incoherente que se considere inadecuado un horario en un sector y no en otro si los clientes son los mismos. Además, si se discrimina así a un sector respecto a los demás y se precarizan sus condiciones laborales, no se entiende que en otro se castigue a los consumidores por preservar las mismas condiciones de trabajo.
El norte de Europa reúne un grupo de países competitivos. En ellos los horarios comerciales son incluso más restringidos que en España y nadie se plantea su ampliación. Bien es cierto que allí se protege al pequeño comercio por una parte, lo que dota a las ciudades de una vigorosa actividad comercial, y los derechos sociales de las personas por otra, para que se pueda conciliar trabajo, familia y ocio.

4 comentarios:

Jerry dijo...

Creo que la premisa de que los horarios actuales son suficientes y que ampliarlos no aumentaría las ventas no es del todo correcta. Libertad de horarios no significa que el autónomo abra 24 horas, sino en la franja que considere más productiva. En mi barrio sólo quedan dos tiendinas de ultramarinos y las dos están hasta arriba: abren los domingos (y ese día hacen más caja que el resto de la semana). Estoy seguro de que a muchas tiendas les sería más rentable abrir de 13:00-16:00 y de 20:00 a 23:00 (6 horas) que las 8-10 que trabajan actualmente. Por otra parte, nadie de fuera de León entiende que el comercio leonés empiece a abrir hacia las 10 de la mañana. Ser competitivos no significa trabajar más, sino ser imaginativos, trabajadores y adaptarse a la demanda.
Por lo demás, muy bueno el blog.
Saludos,

Cisastur dijo...

Eso suena bien a priori, pero al final se traduce en otra cosa. La demanda es la misma en 10 horas de apertura normativizada que en 24 horas. El resultado final es que la demanda se desestructura en términos horarios y termina por aparecer a cualquier hora, a goteo. Como sólo las grandes superficies pueden recoger a todos, los pequeños caen, los precios suben, los derechos sociales a la conciliación familiar desaparecen, los centros de las ciudades se degradan al quedar sin buena parte de la actividad comercial y, en definitiva, nadie gana salvo los oligopolios de distribición.
La pega siempre es que bajo una pretendida mejora de servicios al ciudadano se esconde que sólo se legisla para favorecer alos grandes. ¿Por qué no se hace una inspección férrea de las condiciones laborales en las grandes superficies? ¿Por qué se les trata igual que al resto de establecimientos si todo el mundo sabe que abusan de su posición de dominio para abaratar sus costes laborales?
Este debate es mucho más profundo que una mera cuestión de horarios. ¿Qué modelo de país queremos?

Jerry dijo...

Yo lo veo de forma muy diferente.
1. La demanda no es la misma en un horario cerrado que libre, entendiendo por el primero el actual horario comercial. Al menos yo apenas compro durante la semana, pues mi horario coincide con el comercial (y creo que lo mismo alguna persona más). Como el domingo tampoco puedo, sólo queda el sábado. A menos facilidades, menos gastos.
2. ¿qué te hace pensar que libertad de horarios comerciales tiene que equivaler a abrir 24 h./ 7 días a la semana? Vuelvo a repetir que muchos comercios ganarían más abriendo menos horas; eso sí, adaptándose un poco a la demanda, y no como ahora, cuando el consumidor tiene que adaptarse a sus horarios (en León, por cierto, bastante relajados).
3. ¿por qué supones que las condiciones de los trabajadores de las grandes superficies son peores que las de un autónomo? ¿sabes lo que tiene que trabajar, lo que expone, lo que gana y lo que le cubren? Preguntemos a ver si muchos no se cambiarían por cualquier otro empleo.
4. No sé si la libertad de horarios beneficia más a las grandes superficies o a los pequeños, pero ¿acaso la situación actual no ejemplifica ya el porvenir que auguras a los segundos (el pez grande se come al chico)?; ¿qué tienen entonces que perder los pequeños?
5. ¿quién tiene más capacidad de adaptarse a una libertad de elección y horarios, un comercio pequeño (que puede fijarse en una franja y sector concreto) o una gran superficie (que tendría que ofrecer una oferta generalista en un horario continuo y mucho mayor)?
6. Efectivamente, hay que inspeccionar las condiciones laborales de las grandes empresas. Si no hay inconveniente, yo también sugiero velar por las condiones y coberturas de los autónomos, para ver si las equiparamos algún día a las del resto de trabajadores.
7. Coincido contigo en que la cuestión es más profunda que un tema de horarios. Efectivamente, ¿qué modelo de país queremos?

Cisastur dijo...

Creo que tienes razón en varias de las cosas que dices. En otras no lo comparto.
La cantidad de bienes y servicios que se compran es finita, depende de los ingresos de los compradores y tiene una elasticidad muy reducida. Lo que tú no compres, te lo comprará alguien de tu entorno. No depende del horario.
La situación de los autónomos en este momento es mala por la crisis, pero eso no quiere decir que una empresa propia no sea más rentable que un trabajo por cuenta ajena para un periodo largo. Otra cosa es lo que ahora esté pasando puntualmente.
Que el pez grande se coma al chico depende de que lo permita la regulación de cada país. Si la administración cuida del bien común no lo permitirá.
Por último, coincido plenamente contigo en que es necesario revisar las desfavorables condiciones de los autónomos. Nuestro sistema de bienestar social los castiga. ¿Quién va a querer ser emprendedor en esas condiciones?