miércoles, 16 de mayo de 2012

La Iglesia Católica y el IBI

Las declaraciones en los ayuntamientos acerca del repaso de las leyes para solicitar el pago del impuesto sobre bienes inmuebles a la iglesia católica ha provocado la reacción alarmada de esa institución. Se argumenta que los acuerdos entre el Vaticano y el Reino de España eximen de tales obligaciones fiscales a los obispados. Sin embargo algunos munícipes no tienen clara esta circunstancia cuando se trate de edificios ligados a actividades lucrativas más que religiosas.
Es este último aspecto el que hay que resaltar, puesto que la Iglesia Católica ha dedicado un esfuerzo especial a escriturar todo género de edificios a su nombre durante los últimos años. En el caso de León se trata de numerosas edificaciones erigidas en hacendera por los pueblos tras el acuerdo de su concejo. Son por tanto edificios levantados en terrenos comunales por los vecinos, propiedad de los mismos, con independencia de su uso.
Los obispados han escriturado a su nombre iglesias, capillas o casas del cura en un número que supera en esta provincia los 2000 edificios. Se trata de una expropiación masiva a los concejos vecinales que se ha realizado en silencio y que sólo se ha destapado en algunos casos cuando ha surgido un conflicto. Para asombro de los vecinos, algunas casas rectorales, obra del común, han sido posteriormente vendidas por la iglesia o se ha propuesto su alquiler. Respecto a los templos, se les pide a los vecinos que los mantengan tras esta enajenación para la que nadie ha pedido ni autorización ni acuerdo de los pueblos.
El incremento patrimonial de los obispados ha debido ser notorio. Se hace difícil digerir ahora que se pida comprensión fiscal tras una actuación cuyo fin en muchos casos ha sido el lucro sin demasiados miramientos. Por esta razón la ley debe ser releída con toda la lógica que ha de reinar en un país aconfesional y sería bueno que los avariciosos encontrasen su castigo en el pago de unos tributos que nadie reclamaría si la actuación sobre el patrimonio hubiese sido más noble. Es bueno que todos nos atengamos a las consecuencias de nuestros actos. Así lo viene dictando la Santa Madre Iglesia ¿o no?

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