Hace unos días López Riesco, alcalde de Ponferrada, reclamaba la prioridad de la Autovía Ponferrada-Monforte sobre otras, invocando más atención para esta infraestructura. La cuestión resulta llamativa por cuanto la petición se basa en minusvalorar otro vial de los propuestos y no tanto en las razones que subrayan la indudable importancia del camino valdeorrés.
Para tomar perspectiva conviene recordar que el acceso de gran capacidad a Vigo desde Ponferrada es un proyecto de la dictadura que ya fue presentado por el ministro Silva Muñoz en los sesenta. Fue el gobierno de González el que ignoró esta ruta en favor de la Autovía Rías Bajas.
No obstante, en los primeros noventa se produjo una insistente reivindicación por parte de la Xunta y de los ayuntamientos gallegos de la zona. Un grupo de opinión leonés participó de aquel movimiento. Sin embargo fue notoria y puede que decisiva la pasividad del López Gavela, alcalde de la ciudad del puente, y de los posteriores regidores de la ciudad.
En consecuencia choca que ahora se alce esta reivindicación –aunque nunca es tarde- y que además se haga contra otras iniciativas que evidencian un pilotaje acertado. Si Riesco apenas aportó algo sustantivo a la exigencia pública de la Ponferrada-Monforte en los 8 años de Aznar ni en 5 de presidente leonés es responsabilidad sólo suya. Es él quien debiera liderar una petición argumentada como cabeza del mayor municipio en contacto con la autovía.
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