miércoles, 15 de febrero de 2012

Feliz Cumpleaños APATCA

La sociedad española está sufriendo un agudo cambio en sus comportamientos alimentarios condicionada por las modas y por la generalización de la vida sedentaria, que implica un reducido gasto energético en el organismo. Estas bruscas transformaciones se traducen frecuentemente en disfunciones alimentarias que dan pie a algunas de las epidemias más extendidas actualmente, como la obesidad. Paradójicamente la sociedad de la abundancia alimentaria, donde todas las necesidades deberían estar resueltas, provoca desequilibrios metabólicos y conductuales que devienen en problemas de salud.
Dentro de los trastornos de conducta más graves ligados a la alimentación se encuentran -junto a otros menos conocidos por el público en general- la anorexia y la bulimia, cada vez más frecuentes entre la juventud. Sin embargo la sanidad pública apenas dispone de medios específicos para tratar estas enfermedades y trastornos conductuales. De esta manera las familias que intentan recurrir a quienes puedan aconsejar sobre la cuestión o tratar estos problemas no saben dónde acudir. Son asociaciones de voluntarios sin ánimo de lucro, como en tantas otras ocasiones (alcoholismo, ludopatías, alzheimer …), las entidades que demuestran el músculo social, la vocación de las personas más comprometidas para atajar un problema público.
La asociación para la atención de trastornos de conducta alimentaria (APATCA) nació en León hace un año para luchar contra esta plaga gracias a un puñado de voluntarios. A falta de otras posibilidades, el ayuntamiento capitalino presta una de sus dependencias en el chalet de Padre Isla para acoger sus reuniones y trabajos. Las consultas tienen lugar siempre con cita previa. Yolanda, Javier, Vanessa y Tamara, fundadores del grupo, nuclean un pequeño, bienintencionado y crecientemente preparado equipo que está adquiriendo un valioso saber hacer para paliar estos trastornos. Con una médico, una psicóloga, una nutricionista, un asistente social … que entregan su labor sin lucro, APATCA es una muestra más de cómo nuestra sociedad está trufada de bonhomía y compromiso, más allá de lo que muchos puedan pensar.

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