jueves, 9 de febrero de 2012

Representatividad y Deporte de Élite

En estos tiempos de recortes económicos masivos por parte de las instituciones, las inversiones son una partida fácil de eliminar, pese a que representen la clave para salir de la crisis. Son otros elementos más prescindibles como coches oficiales, instituciones sin utilidad real o el personal superfluo contratado lo que se deja para el final del ajuste.
En esa línea los equipos deportivos de élite han sido las primeras víctimas del recorte del gasto institucional. Es evidente que antes de la crisis había un nivel desmedido de subvención para estas actividades, pero ahora se ha pasado al otro extremo.
Hay quien dice que no se debería dar ni un euro de subvención al deporte de élite y que sólo las actividades de base deberían estar soportadas por el erario público. No les falta razón. Los equipos de élite no deberían necesitar estas ayudas. Sin embargo sí que deben ser contratados como soporte publicitario, ya que la capacidad de uno solo de estos equipos para poner a ciudades intermedias como León en el mapa mental del resto de los españoles o europeos es incomparable.
En función de esa notoriedad León no debería prescindir de ninguno de los equipos que realmente prestan su nombre a la ciudad, a la provincia y a la autonomía. León existe en Europa gracias al ADEMAR y por eso debería mantener un importante contrato con Ayuntamiento, Diputación y Junta. Lo mismo, aunque a otro nivel, debe suceder con Baloncesto León o la Ponferradina, sin cuya existencia se diluiría la entidad pública de las ciudades que les dan sede.
Ahora que tanto se cuestiona la forma de gastar el dinero para promocionar León, el contrato publicitario con estos equipos es una forma de garantizar un destino eficaz.

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