viernes, 15 de junio de 2007

Barreras y Vacíos Urbanísticos

Con el paso de los días se van conociendo los requisitos para consagrar el pacto de gobierno en León. Entre las vertientes que se tratan para hacer “una ciudad de primera división” existe un vacío en los aspectos de urbanismo. Sin embargo la ciudad adolece de limitaciones que impiden un mejor desarrollo comercial, desequilibran los barrios y devalúan las zonas centrales.

Se insiste en la necesidad de recuperar las murallas, haciendo hincapié en su valor patrimonial. Sin restar importancia a dicha faceta, éstas delimitan un espacio representativo: el casco antiguo. Se trata de uno de los más importantes de la España medieval. Por ello las murallas, que tienen valor intrínseco, deben ser reparadas para configurar un contenedor de algo valioso.

De lo contrario el lienzo del recorrido murado continuará siendo un mero obstáculo para la intercomunicación, barrera que bloquea la integración y que convierte su interior en un conjunto de zonas marginales, sin valor comercial, aisladas, escasamente pobladas y poco agraciadas. Las murallas han de poseer atractivo por sí mismas y los espacios intramuros necesitan acompasar su transformación ennobleciendo fachadas, recuperando paveses y peatonalizando calles que canalizan un tránsito casi inexistente.

Hay que transformar el recinto amurallado de León en una estructura de obligada visita para el viajero; en un modelo de recuperación que otras ciudades copien. Es posible que para eso haya que abrir nuevos accesos a través o por encima de sus lienzos. Quizás el uso de ascensores integrados o de pasos superiores no resultaría descabalado.

Otros problemas evidentes son las discontinuidades que originan el tren de FEVE, el de RENFE y el río Bernesga. En el caso de los dos ferrocarriles no basta escudarse en el soterramiento porque los viales que vuelen sobre ellos han de estar meditados y decididos ya, si se quiere actuar para abrirlos. No es de recibo que en pleno centro no se pueda transitar en un vacío entre Padre Isla y Álvaro López Núñez. Un puente monumental podría acabar con ese bastión. Lo mismo puede decirse del espacio entre los Maristas y la iglesia de Las Ventas. La marginalización de los barrios de esa zona deriva del confinamiento que supone el ferrocarril. Abrir un paso intermedio a los automóviles aliviaría tal situación.

Por último está el paso del río Bernesga, que no se ha resuelto con los puentes tendidos hasta la actualidad, como demuestran los atascos en sus alrededores. La oportunidad que supone un paso hasta el sector “Azucarera”, aún sin edificar, debería ser aprovechado. Los cincuenta mil habitantes del área metropolitana que viven al otro lado del río podrían acceder al centro de una manera más racional mediante un nuevo puente. Una estructura con valor representativo, más propia de esta ciudad.

2 comentarios:

Gabriel Carracedo dijo...

Home ¡Camudaste´l formatu!
¿Agora yes ecolloxista?

Saludines de Gabriel

Alfonso Mielgo dijo...

Sr. Callado, suelo leer su columna en La Crónica, y me gustaría, si puede ser, que reprodujera en su blog, un artículo que he perdido sobre una "visión" sobre nuestra futura autonomía en la que había un reparto de sedes entre las ciudades leonesas. Me pareció muy interesante.

Muchas gracias por compartir sus reflexiones.