sábado, 27 de septiembre de 2008

Fusión de Cajas

Se viene hablando desde hace meses de la posible fusión entre las cajas de ahorro con sedes en León y en Salamanca. En las últimas semanas el rumor ha recrecido y llega con insistencia a la calle, no se sabe si como globo sonda o como anticipo de un suceso que podría llegar inexorablemente. En el planteamiento de este proceso empresarial se enmarañan otras cuestiones menores, como la absorción de otras cajas de menor dimensión, o la opinión que, sobre la ley de cajas, manifiestan unos y otros. Sin embargo, no hay que distraerse con el ruido de fondo ni olvidar que la fusión es, en primer lugar y por encima de otras cuestiones, materia empresarial. Como tal se debería evaluar.
Para justificar la fusión se argumenta, fundamentalmente, la necesidad de que las entidades bancarias ganen tamaño porque, supuestamente, mejora su eficiencia. Tal aserto, desde un punto de vista de análisis estratégico, es inexacto y, según los objetivos de mercado que se marquen para la empresa, puede ser falso. La especialización bancaria en ciertos mercados locales es una buena fuente de rentabilidad. Así lo demuestra que algunas pequeñas y medianas cajas estén entre las más rentables los últimos años. De hecho, en términos generales, las grandes cajas han resultado menos rentables que las pequeñas. Otro argumento que añaden es que la gran dimensión de las cajas supondría una cierta facilidad para acceder a grandes operaciones de crédito, pero no se debe olvidar que éstas son de baja rentabilidad. Por otro lado, si una empresa ha de fusionarse, lo lógico es que lo haga con otra que tenga mercados complementarios. En este caso pasa justo lo contrario, lo que se traduciría inevitablemente en una pérdida de cuota de mercado, un alto coste económico y social por despidos y reestructuraciones, y un aumento desproporcionado de los recursos improductivos, puesto que muchos de los activos estarán duplicados. La fusión propuesta tiene pocas de las ventajas estratégicas de cualquier fusión y todos los inconvenientes. Como decisión empresarial es mala. Lo lógico sería, si se quiere crecer en dimensión, la absorción de bancos o cajas de otras áreas geográficas. Además, habría que realizar un concienzudo análisis de la cartera de negocio de cada una de las entidades afectadas por la operación. En este asunto se pone por delante que la unificación de Caja España se haga, por encima de otras consideraciones, con Caja Duero. ¿Por qué ciertos grupos ponen tanto empeño en la famosa fusión?

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