jueves, 4 de octubre de 2007

Liébana y León

El año 2006 va a tener lugar un acontecimiento en la vecina provincia de Santander. En el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, ubicado en el valle del mismo nombre, tendrán lugar los actos de celebración del Año Santo Lebaniego. Se trata de un ritual que se asemeja al que tiene lugar en Santiago de Compostela, bien que de repercusión más reducida.

El gobierno de la Comunidad de Cantabria ha mostrado especial interés en el desarrollo y repercusión de los actos del Año Santo. Se trata, en palabras de su presidente, de una oportunidad para poner esa región y, en especial, su zona occidental en el plan de ruta de numerosos viajeros. El señor Revilla contempla la peregrinación a Santo Toribio como una posibilidad firme de desarrollo de la zona. Por esta razón esa comunidad autónoma va a concentrar abundantes recursos en la comarca lebaniega, a fin de lograr un efecto promocional y su posterior aprovechamiento sobresalientes. Sin embargo el plan del gobierno cántabro es de más largo alcance, ya que se pretende recuperar la tradición de peregrinaje a este lugar santo en un esfuerzo que ha de durar muchos años.

Hay que tener presente que Liébana es un valle contiguo a León y, más concretamente a Tierras de la Reina y Valdeón. En otras palabras, la montaña oriental es una zona limítrofe con el centro de este importante acontecimiento. Puesto que está en el interés de todos encontrar soluciones al futuro económico de estas zonas, es imprescindible que las instituciones leonesas aprovechen el influjo que el impulso del Gobierno Cántabro imprimirá también en los valles nororientales leoneses.

Por añadidura, es probable que cualquier institución que acuda al gobierno cántabro con el fin de proponer planes conjuntos que mejoren la permeabilidad de Liébana y de toda su área de influencia encontrará una disposición abierta y proactiva. Además, las instituciones leonesas pueden aprender mucho de las políticas promocionales de los cántabros, mucho más eficientes que el penoso desnorte turístico en que permanece nuestra región.

La mejora de los accesos a Valdeón, Sajambre y La Reina son piezas fundamentales para iniciar una colaboración eficiente. La ejecución de un plan propio para la zona leonesa en el que se perfilen los cascos urbanos más interesantes, los recursos naturales singulares o las peculiaridades gastronómicas debe ser el complemento adecuado. El riesgo cierto de dejar pasar la oportunidad ha de ser conjurado asumiendo desde aquí la promoción como un espacio con entidad propia. Sólo así se evitará caer en los errores que vienen repitiéndose en los últimos veinte años.

La Montaña de Riaño, con sus 7 valles, tiene una oportunidad que pocas comarcas de montaña pueden disfrutar. Aprovechar este empujón requiere ponerse inmediatamente manos a la obra.

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