jueves, 25 de octubre de 2007

UPL:Lengua, Personas e Ideas

El barullo mediático que rodea a la UPL en las últimas semanas suscita confusión y desconcierto. La causa reside en que se mezclan al menos tres discusiones distintas sin mediar discriminación aparente entre ellas. El análisis de esos tres campos de debate por separado facilita su comprensión global.

El primero se desarrolla en torno a la promoción de la enseñanza del leonés que, como actividad extraescolar y voluntaria, se ha planteado en los colegios. La concejalía de Cultura Tradicional, de Abel Pardo, aborda la iniciativa, propia de un partido que pretende recuperar y valorizar la tradición cisastur. Han llegado críticas desaforadas de la derecha ultramontana, en las que menudean las afirmaciones injuriosas con las mentiras acerca del concejal. También, pero menos, de algún despistado, que no ha escuchado hablar en leonés vernáculo porque ni lo ha intentado ni le interesa.

La sorpresa es que ningún cargo público en la UPL haya salido en defensa del concejal y de la lengua. Podrían incluso haber matizado sus intervenciones si disentían en algo, pero sólo aparecieron cuando la prensa les ha inquirido sobre ello. Eso demuestra que en la UPL abundan los cargos públicos que no son leonesistas más allá de la barra de un bar y de la sesión de investidura.

El segundo debate de la UPL es el de las ideas. Los estatutos de la formación definen su objetivo: conseguir la Autonomía del País Leonés. Considerando esa premisa, que Otero se manifieste a favor de que León “reme en el mismo barco que Castilla” para hacer “un León fuerte dentro de una Castilla y León fuerte” resulta esclarecedor. La misma consigna manifestó Amilibia una semana después. Sumando su postura ante el pacto municipal queda manifiesto que Otero postula su integración en el PP.

Frente a él están los que reclaman la autonomía sin condiciones. Para ello han elaborado un proyecto de país porque ¿para qué aspirar al poder si no hay programa? Un tercer grupo, numeroso, permanece aquiescente y dubitativo, deseoso de la autonomía, pero incapaz de elaborar un proyecto integrado y coherente. Les aprisiona una mal disimulada falta de convicciones.

El tercer debate es el de las personas que destacarán tras el congreso de noviembre. Autoeliminada la rémora fundacional, quedó una dirección heredada del régimen chemarista. El congreso puede definir una nueva cúpula sin ataduras, superando el tardochemarismo presente. Si, pese a la escasez de aspirantes, la UPL no es capaz de dar con nuevos y eficaces responsables, sus votantes, cansados, migrarán.

En definitiva, no parece ser moderación lo que piden los leonesistas. Eso ya lo ofrece el PSOE con mejores equipos, medios y contactos. Se demandan caras nuevas e ideas fuertes tal y como se ha evidenciado en las recientes manifestaciones.

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