martes, 23 de octubre de 2007

Carbón y Habitabilidad

Tras el debate con el resto de las partes, el Gobierno central se dispone a aplicar el segundo Plan del Carbón. Se trata de una nueva oportunidad para que las cuencas carboníferas transformen sus condiciones de vida y sus medios de supervivencia económica. Sólo así tendrán asegurado un futuro próspero inmediatamente después del cierre de las explotaciones, que concentran la mayor parte del empleo.

La negociación se ha desarrollado en esta ocasión de manera distinta a la precedente. En este caso ya se conocían las circunstancias del anterior plan y se ha pretendido paliar algunas deficiencias detectadas en aquél. Así, por ejemplo, se ha hecho hincapié en la necesidad de que la Junta cofinancie las inversiones. Con ello se evitaría que esta institución utilice los fondos del Plan para engordar sus presupuestos y no cubrir obras que, de otra manera, estaría obligada a financiar con fondos propios. La adicionalidad de estos dineros sobre aquéllos que las comarcas mineras fuesen a recibir en cualquier caso ha sido un incumplimiento sistemático de la Junta hasta ahora. En este apartado se actuó muy acertadamente.

Sin embargo, hay otras vertientes que no han sido directamente definidas en el diálogo. Una de ellas es la referente a la estructura urbana como destino de las inversiones. Este apartado es especialmente importante porque otras finalidades ya consideradas en el anterior Plan no han surtido los efectos de reactivación esperados. Es esencial que los ayuntamientos se cuestionen qué es lo que ha fallado porque si no, pervivirán las carencias.

Una pregunta clave que ha de formularse es si se piensa que alguien que no tuviese su centro de trabajo en estos pueblos viviría en ellos. La respuesta será mayoritariamente que no. Además, se puede comprobar que muchos trabajadores de esas cuencas, si pueden, no residen en sus poblaciones. Esto se debe a que nos encontramos ante núcleos poco atractivos.

El nuevo plan ha de desempeñar un papel destacado en la mejora de la calidad urbana de estas pueblas. Muchas de ellas disponen de un entorno bello o potencialmente hermoso. Además, las huellas de la arquitectura tradicional se encuentran presentes en muchos edificios de estas comarcas. La recuperación de los cascos urbanos, la asimilación de elementos estéticos de la construcción tradicional y la creación de entornos atractivos para la fijación de nueva población foránea van a ser metas decisivas para que dichas aldeas puedan permanecer habitadas y, consecuentemente, dotadas de servicios.

Los casos de Castrillo de los Polvazares, Truchillas o Villar de Silva –éste último en los confines valdeorreses-, convertidos en centros de atracción de nueva población,, podrían aportar ideas para un proceso de regeneración urbana que no debiera demorarse más.

4 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

Me da pena visitar algunas poblaciones del Bierzo Alto, ya que son un despojo de lo que fueron (Torre, Igueña, Tremor...) son pueblos del Oeste (del americano, no del de ZP), las antiguas construcciones desmochadas o "arregladas" con ladrillo, uralita, bloques... recuerdo una casa presiosa en San Miguel de las Dueñas con un balcón enorme haciendo esquina... la tiraron por vieja hace dos años...
Exceptuando Congosto y quizá Colinas del Campo, creo que el resto del Bierzo alto está "arrasado" etnográficamente (entre la francesada, la guerra civil y la mina). No ha corrido mejor suerte el Oeste de la Cepeda (Brañuelas, Montealegre)... espero que al final recuperen el camino de Santiago antes de que una excavadora termine con San Juan de Montealegre.
Al final todos a vivir a Ponferrada o al "universo cultural" de Bembibre.

¡Viva la Virgen de la Peña!

Cisastur dijo...

Siempre nos quedará Rodanillo, Losada, Arlanza o Noceda. Hay mucho que aún puede ser recuperado, por eso es necesario hacer una labor divulgativa que dé valor a estos conjuntos, a sus casas, hornos y corredores.
¿No te dice algo la edad de la gente preocupada por estos temas?

Alfonso Mielgo dijo...

Quizá soy muy pesimista... la A-6 acerca Ponferrada a los pueblos y urbanizaciones (San Miguel de las Dueñas y Almázcara están unidos por chalets de Ponferradinos), Congosto crece entorno al pantano y al golf, van a restaurar el santuario de la Peña, los molinos dejan dinero en las juntas vecinales de Turienzo, Manzanal... se proyecta la ampliación del polígono de Bembibre (el punto, si se consolida sería ideal, puesto que queda a un paso de todos los pueblos de la ribera)

Siempre hay motivos para la esperanza, pero no puedo evitar comparar con Asturias, Cantabria o La Rioja, que disponen de dinero y competencias, con las que han conseguido sacarnos 15 años de ventaja en la urbanización de los pueblos, y la conservación y puesta en valor de casas tradicionales, monumentos, minas, batanes, ferrerías y fraguas, molinos, hórreos, fuentes,... mientras que en el Bierzo no hay dinero ni para mantener el museo del ferrocarril (no digo ya el tren a Villablino), por no hablar de la vergüenza de San Pedro de Montes.

Saludos

Cisastur dijo...

Es cierto. Nos faltan recursos. Por eso defendemos la autonomía propia, la territorialización del presupuesto y la gestión del territorio leonés desde León.