viernes, 23 de noviembre de 2007

Accesos Urbanos

La observación de las distintas ciudades es uno de los aspectos con que los viajes vacacionales nos enriquecen. Gracias a ellos nuestro punto de vista adquiere nueva perspectiva. Así, volvemos a nuestra residencia con una idea contrastada de cómo se podrían configurar, por ejemplo, los accesos a nuestra ciudad.

Encontramos urbes caóticas, con accesos lamentables, que embocan el copioso tráfico de una autovía en dos o tres calles angostas y atascadas. Es el caso de Bilbao, una ciudad no demasiado grande en la que las soluciones al tráfico, en general, brillan por su ausencia. La desproporción de los embotellamientos en relación a su tamaño, la pésima señalización en el casco urbano y la inoperatividad de los corredores del perímetro evidencian una planificación deficiente.

Santander, una conurbación igualmente alargada, ha sabido dar un salto cualitativo en sus accesos, antes insuficientes y feos, con una vía rápida –apenas ocho kilómetros- desdoblada, que penetra hasta un gran distribuidor, en el área deportivo-recreativa de El Sardinero. Eso permite atender a otras prioridades del tráfico.

Oviedo, en cambio, más se estrangula cuanto más crece. El municipio parece haber fiado a la autovía que lo rodea el final de sus limitaciones, pero la conexión desde la periferia hasta el centro es un calvario. Una autovía de circunvalación desconectada de la ciudad, como es el caso, no equivale a una ronda, por lo que se requieren otras medidas.

Alicante ha aprovechado la línea costera para tender un gran vial que permite cruzar la ciudad mostrando su fachada al mar. La elección es eficaz, pero el enorme corredor parece haber amputado la línea costera a la ciudad en muchos de sus tramos. En consecuencia, es necesario poner remedios para que los viales no constituyan barreras.

Al margen de otras posibles citas, podríamos sugerir algunas actuaciones para León en coherencia a lo expuesto. Así, descubrimos que la nueva Ronda Sur aporta una solución similar a la de Santander, siempre que sea conectada cada poco con las zonas que atraviesa. Dicha infraestructura desemboca en El Portillo, donde habría que diseñar un distribuidor capaz de absorber grandes flujos de tráfico.

La Autovía a Santas Martas provocará una explosión urbanística en el área León-Puente Villarente, por lo que debería quedar conectada, a través de un nuevo cinturón, con las carreteras de Boñar y Asturias. A su vez, la futura entrada sur -desde Cembranos- podría atravesar la ciudad, siguiendo el Bernesga, para salir hacia el norte.

Estas reflexiones y algunas otras habrían de ser maduradas y puestas en práctica con prontitud, ya que León continúa su expansión. Si no se prevén las actuaciones futuras no quedará espacio para trazarlas y la vida urbana se deteriorará innecesariamente.

No hay comentarios: