domingo, 11 de noviembre de 2007

Deslocalización y Crisis

El comunicado que la compañía Renault ha hecho público en torno a la reducción de actividad de su fábrica de montaje en Valladolid ha venido a confirmar las peores sospechas. El modelo que se ensambla en la factoría ha pasado de una producción diaria de casi 1.300 coches a solamente 500. La justificación que se ha dado a la prensa lo atribuye a un desacierto comercial. Sin embargo son varios los indicios que apuntan a una deslocalización.

El primero de ellos surge de la decisión de producir un único modelo para todo el mundo en la factoría vallisoletana. Desde el análisis estratégico supone una concentración del riesgo inusual en este tipo de negocios. Las fábricas suelen montar más de un modelo, con lo que se absorben las puntas y valles de producción más eficientemente. En cualquier caso, se trata de una determinación sorprendente porque lleva implícita que la actividad se acomodará a la salida del producto hacia el mercado. El comportamiento de cualquier bien comporta una demanda variable a lo largo del ciclo de vida comercial: ¿qué se iba a hacer con la plantilla en los inevitables momentos de baja demanda?

En segundo lugar, hay que cuestionar cómo es posible que todos los estudios de previsión de ventas del modelo, correspondientes a los distintos países, hayan fallado. Se hace difícil de creer que se acumulen errores de cálculo superiores al 50% al alza. No es probable que se encuentre otro caso igual.

El tercer punto que induce a la desconfianza es que el coche en cuestión no se ha puesto a la venta en todos los países que inicialmente se proponía. ¿Cómo se explica que, con una fábrica en situación delicada por baja demanda, no se impulse la venta de lo que produce?

La cuarta duda es la relacionada con la negativa de la casa matriz a producir parcialmente otro modelo –que se lanzará en octubre-, perteneciente al mismo segmento, en la fábrica pucelana. Si bien no es fácil de llevar a cabo -por la premura- no es algo de imposible implementación.

En todo caso, el impacto de la crisis va a ser intenso en la economía de Valladolid y de las provincias de su entorno, en las que se encuentran numerosas empresas del sector auxiliar. El efecto multiplicador de cada uno de los despidos de Renault puede suponer entre dos y tres puestos de trabajo menos en las industrias periféricas, lo que apareja un importante drama social. Además, no se ha explicado que esta planta no podrá sostenerse por mucho tiempo con una producción de 500 coches día, con lo que la expectativa puede ser aún peor.

La potenciación de la producción en las instalaciones de Rumanía de la casa matriz podría estar detrás de la crisis de Valladolid. Habrá que observar los siguientes movimientos para confirmar o desmentir la hipótesis de una deslocalización.

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