viernes, 16 de noviembre de 2007

Gas Natural, ENDESA y León

La OPA hostil de Gas Natural sobre ENDESA ha desatado multitud de críticas y temores por sus potenciales efectos negativos. En realidad, parece que la mayoría son pretextos para esconder un desacuerdo con el aumento de influencia de una caja de ahorros catalana. A la luz de estas opiniones cabe preguntarse si los catalanes no son españoles para algunos de los más críticos. ¿No controla Caja Madrid a ENDESA? ¿Es mejor intrínsecamente Caja Madrid que La Caixa? ¿Hay regiones de primera y de segunda en España?

Si algo hay de malo en estas operaciones es que las cajas de ahorro están muy influidas por los políticos, pero hay que tener en cuenta que la dirección de las más grandes está profesionalizada hasta el extremo. Ese es el caso de las dos cajas implicadas. Otra cosa es que la Presidenta de la Comunidad de Madrid no quiera que la sede de ENDESA desaparezca o se traslade, pero este es un problema local. Por tanto, es conveniente no dejarse llevar por las ruidosas invectivas que proceden, en última instancia, de personas sedicentemente afectadas por la operación.

En el caso de León, las observaciones acerca del peligro que representa la absorción deben ser matizadas. Hay que partir de la premisa de que el empleo en el carbón desaparecerá; hecho indiscutible que se puede comprobar siguiendo los datos de la seguridad social. En Agosto de 1999 León contaba con 5674 afiliados al régimen especial del carbón. El mes de Agosto que acaba de concluir contó 3241. En otras palabras, cada año perdemos unos 400 empleos mineros de media, aunque la velocidad de descenso se viene incrementando las últimas anualidades hasta 450.

Si la operación de fusión se produce, no habrá nuevo equipo directivo hasta dentro de un año. El plan estratégico se dará a conocer otro más tarde, por lo que las primeras directrices del nuevo gigante energético no se conocerían antes de dos años. En ese momento León contará con unos 2350 afiliados al régimen especial del carbón. En consecuencia, la incidencia que la nueva empresa podrá tener en la evolución de la minería es reducida.

Lo que sí es determinante, al margen ya de la OPA, es que España presenta grandes descompensaciones entre la producción eléctrica y su consumo. Se produce allá donde no se necesita, lo que obliga a trasladar los kilowatios largas distancias, generando pérdidas de hasta casi el 30%. Eso resulta incompatible con los protocolos de reducción de emisiones con “efecto invernadero”. No se debiera producir electricidad en León para venderla en Madrid, porque supone emitir un 20% más por cada unidad de energía consumida. Tal evidencia es lo que va a determinar la reducción progresiva del parque térmico en León.

Ojalá el consumo energético de León pueda justificar tanta generación eléctrica dentro de unos años.

No hay comentarios: