miércoles, 28 de noviembre de 2007

El PSOE y el Estatuto

Siguiendo la dinámica de otras comunidades autónomas, la Junta de Castilla y León se dispone a acometer la reforma del Estatuto de Autonomía. Dicho proceso parece que podría iniciarse tras la vuelta de las vacaciones.

Si la reforma estatutaria que abordan otros entes capta una atención minoritaria entre los ciudadanos de sus respectivos territorios, la de éste apenas interesa. El primer síntoma de atonía es el propio seguidismo de la Junta. Se puede afirmar que, si este movimiento no se hubiese promovido en otras comunidades, ésta no habría acometido reforma alguna. La Institución continúa, pues, con la falta de visión global que la caracteriza.

Las primeras manifestaciones acerca de lo que el Estatuto debiera plasmar son confusas y carentes de unanimidad. En lo referido al PSOE, llama poderosamente la atención ciertas tesis sostenidas por la Federación Socialista Leonesa (FSL), abiertamente discutidas por sus jefes de Valladolid, y defendidas con escasa vehemencia. La proposición de reconocer una ambigua plurirregionalidad en el Estatuto, de elevar el “dialecto leonés” a la categoría de patrimonio de Castilla y León o de explicitar la necesidad de un trato de igualdad de León con Castilla son argumentos que resquebrajan la ya maltrecha unidad de criterio de los socialistas del Ente.

Se puede tachar de poco ambicioso el planteamiento socialista, pero su aparición en el escenario político suscita varias reflexiones. Por una parte, es evidente que la FSL experimenta un corrimiento hacia tesis leonesistas, por pequeño que éste sea. Unos militantes lo asumirán como un planteamiento estratégico a fin de recuperar los votos de la UPL que, como se pudo apreciar en las elecciones generales, si no caen de su lado serán para el PSOE. Otros militantes lo interpretarán como un avance, puesto que hay un segmento joven y emergente -aunque probablemente todavía minoritario- de la formación claramente leonesista.

En cualquier caso hay gente del PSOE leonés que se expresa dentro del partido desde ópticas leonesistas, que eran inconcebibles hace dos mandatos. Por eso cabe pensar que una estrategia dirigida a la captación de voto en la calle podría terminar por inducir una transformación ideológica interna; mucho más en un momento de gran vacío en esa vertiente. Cuando los socialistas privatizan servicios municipales, venden astilleros públicos o endurecen la percepción de subsidios se necesita ideas que aglutinen a la militancia.

En resumen los socialistas emprenden la carrera hacia el poder en la Diputación y en los principales ayuntamientos leoneses. La reforma estatutaria va a ser una baza importante para dejarse oír ante el codiciado electorado leonesista. Queda por ver cómo resolverán las diferencias de criterio con su dirección en Valladolid.

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