lunes, 13 de octubre de 2008

EADS y la Escuela de Pilotos

Asistimos estos días a una agitación especial entre los agentes sociales de León por el retraso que está sufriendo la asignación de la escuela de pilotos del EFA (“European Fight Aircraft”). La inquietud está, sin duda, justificada y es conveniente la movilización de cuantos recursos y personas sea posible para apoyar ésta y para el resto de iniciativas que contribuirán a situar nuestra provincia en los mapas económicos.
Sin embargo, vale la pena hacer algunas consideraciones acerca de las causas que están produciendo dicha situación. No en todos los proyectos influye tan decisivamente la mano negra que quiere reubicar el puerto seco de Gijón, que ha complicado el desarrollo de la autovía León-Burgos, o que bloqueó tanto tiempo la autovía León-Benavente. En el caso de EADS concurren otras circunstancias que deben ponderarse en su justa medida, sin que eso quiera decir que ya podemos dormir tranquilos.
EADS es una empresa, que no un consorcio, fruto de la fusión de DASA (negocio en el sector de aeronáutica y espacio de la alemana DAIMLER-CHRYSLER), AEROSPATIALE-MATRA (la mayor entidad del sector en Francia) y CASA (el único fabricante de aviones en España, aunque la menor sociedad en esta fusión). Estas tres corporaciones aportaban culturas empresariales muy diferentes, por lo que su integración está siendo complicada. Por otra parte, al tratarse de emporios que se sitúan en posición de dominio en productos estratégicos y de alta tecnología, son considerados en cada país como “de interés nacional”. Además, los gobiernos son clientes clave para este sector. En consecuencia, a lo que ha supuesto una negociación empresarial muy compleja ha habido que sumar otra política aún más alambicada, si cabe.
EADS, ya constituida, ha tenido que evaluar y decidir una inversión de más de dos billones de pesetas para el desarrollo del superAirbus, el A-380. Además, se ha encontrado siendo promotora del EFA y, paradójicamente, también como accionista mayoritaria de su mayor competidor, Marcel-Dassault, que ha desarrollado el RAFALE, lo que, seguramente, ha supuesto una nueva fase de reflexión sobre las posturas a tomar. Por añadidura, la segregación de la actividad espacial para formar ASTRIUM se ha presentado más difícil y laboriosa de lo previsto. A todo este maremágnum se agrega un cúmulo de decisiones, de mucho menor calado por su dimensión, que se han visto afectadas por retrasos, como la citada academia.
Todo parece indicar que la escuela de pilotos es una baza personal de Ferreras y sólo cabe que los leoneses le demos tanto apoyo como podamos y necesite. Permanecer alerta es nuestra obligación, pero no traspasar el umbral de la alarma si no es necesario parece, también, una cuestión de buen sentido.

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