miércoles, 22 de octubre de 2008

Ponferrada y el TVA

La última semana ha tenido lugar la inauguración de varios tramos de la Autovía del Noroeste, la nacional VI. Al acto asistió el Ministro de Fomento, señor Cascos, quien, inquirido sobre el recorrido del futuro tren de velocidad alta a Ponferrada, respondió, al parecer, con dos afirmaciones. La primera se refiere a que la construcción de este tramo se incluirá en el siguiente Plan Director de Infraestructuras, que se abordaría a partir de 2010. La segunda se centra en que el trayecto programado no superará la ciudad de Ponferrada en su camino hacia la frontera gallega. Las reacciones a esta exposición han ido del desagrado al catastrofismo, pero en ningún caso se ha escuchado una propuesta alternativa.
Indudablemente, todos los leoneses seríamos partidarios de que esta vía se construyese con premura y de que se prolongase hasta Monforte para dirigirse, desde allí, a todas las capitales gallegas. Sin embargo, visto que el Gobierno parece mantenerse firme en el plazo y contenido del proyecto, merece la pena hacer algunas consideraciones. El ferrocarril va a seguir existiendo y, para el transporte de mercancías, las líneas existentes, aunque mejorables, son suficientes. Es necesario potenciar una terminal de carga en la zona y aumentar la atracción, en la medida de lo posible, del movimiento de áridos y piedra ornamental de Valdeorras. Por otra parte, al reutilizarse en el TVA la línea existente entre Ponferrada y León, se puede intentar la obtención de inversiones en puntos concretos que, ahora mismo, constituyen cuellos de botella del transporte. Si una inversión masiva carece de receptividad alguna en Madrid, no puede ser así con inversiones menores que vengan a preparar el terreno para la futura conversión de la línea en velocidad alta.
Otra consideración necesaria es la tradicional falta de compromiso de los alcaldes de Ponferrada con las redes de comunicaciones esenciales para su ciudad. Ismael Álvarez ha concentrado un loable esfuerzo en la estructuración del espacio municipal; al principio, para hacer de Ponferrada una ciudad, y ahora, ya urbe, en dotarla de estructuras para su crecimiento. Este último enfoque no es incompatible con una visión global, que nos permita pensar en Ponferrada como centro de un espacio más extenso. ¿Cómo vamos a extender la atracción de Ponferrada hacia ámbitos extracomarcales?; ¿qué papel ha de desempeñar en los ejes de desarrollo del Noroeste? Ponferrada es mayor de edad. El esquema de otras ciudades fue útil para el primer impulso, pero ahora hay que pensar en términos “ponferradocéntricos”. Hay que desarrollar un modelo propio que aproveche sus ventajas. Es momento de pedir a los munícipes una perspectiva más amplia.

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