domingo, 5 de octubre de 2008

Polémicas DOT

En estos días se han vertido diversas manifestaciones acerca de las posibles alegaciones que ha de recibir la propuesta de Directrices de Ordenación del Territorio que la Junta ha expuesto a la información pública. Las DOT son un documento de primera importancia, puesto que hacen un planteamiento del posible desarrollo de las distintas áreas de la autonomía, de su división y de cómo ha de aplicarse el dinero y el apoyo público en cada punto geográfico. Son pocas las personas que han realizado una lectura pormenorizada del texto y de sus mapas para, posteriormente, desarrollar un análisis crítico y constructivo sobre el mismo. La institución vallisoletana dispuso un foro público en internet con el fin de abrir el debate al mundo virtual. Los resultados son, hasta el momento, más bien pobres. Apenas doscientas intervenciones en casi cuatro meses dejan la impresión de que los ciudadanos de esta autonomía mantienen un compromiso con el ente débil, por no decir marginal.
Las reacciones más intensas se han producido en León, provincia en la que se propone desde un denso paquete de alegaciones (caso de la Excma. Diputación) hasta la retirada total de las DOT (caso del PSOE y la UPL). Es la segunda de las dos reacciones la que viene recogiendo más adeptos en los últimos días, aunque la simpleza de los razonamientos en que se suele apoyar induce a pensar que es más fácil decir que el documento es deficiente, cosa que es cierto, que proponer alternativas. Las DOT han tenido una virtud para los leoneses: dan a conocer en letra impresa cuáles son las intenciones de la Junta con el territorio. De esta manera, el libro ha dejado en evidencia que nuestros próceres carecen de la necesaria visión global, que no tienen proyecto y que todo lo reducen a una estructura orbital donde el núcleo es Valladolid y el resto queda destinado a girar a su alrededor y a molestar lo menos posible. Las DOT vienen a ser un remedo del Plan Estratégico de Valladolid (Marzo, 1995).
La petición de su retirada, formulada desde diversos ámbitos, es un movimiento torpe y contrario a los intereses regionales de León. Una medida de este tipo perpetuaría la acción desestructurante que nuestra tierra viene sufriendo durante los últimos años. Disponer de la posibilidad de rebatir, negro sobre blanco, el proyecto centralista es una oportunidad estratégica inmejorable. La factibilidad de someter las intenciones de la Junta al juicio popular es una situación sin precedentes y la discusión de las DOT nos lo permite. La petición de retirada es el recurso de los que no tienen proyecto alternativo: dolorosa y generalizada constatación. Las DOT nos van a mostrar quién tiene un programa para León. No se puede pedir más.

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