miércoles, 16 de enero de 2008

Desconcierto Municipal

El Ayuntamiento de León está siendo la fuente inagotable de noticias de las últimas semanas. La repercusión del follón municipal salpica la política nacional. Se puede afirmar que ya nadie controla las riendas de los acontecimientos, puesto que a todos afectan desfavorablemente, dando un aspecto lamentable a la política a través de los medios de comunicación.

El centro del huracán son el concejal asilvestrado y su gregaria. El edil afirma que el PSOE le ofreció una jubilación dorada a cambio de su retirada de la política, lo que argumenta tras haber acudido a negociar. Por ello se puede deducir que o miente, lo que sería muy grave, o no le dieron lo suficiente, lo que mostraría su catadura. En ambos casos se pone en evidencia que los dos que van por libre son un factor de inestabilidad para las instituciones.

El PP, que mintió en la comisión antitransfuguismo diciendo que los no adscritos habían sido expulsados de su partido, se está metiendo en un berenjenal de alcance desconocido por buscar el poder a cualquier precio. El pacto parece una salida –quizás la única- airosa para el exalcalde de León, pero podría llegar a dañar a su partido profunda y extensamente. Si la corte mediática del PSOE se encargase de lanzar algún escándalo en los próximos meses relacionado con alguno de los promotores de la moción de censura los efectos alcanzarían a Herrera y a Rajoy. Los medios de comunicación del entorno socialista se encargarían de amplificar los daños lo suficiente sin que los afines al PP pudiesen evitarlo.

El PSOE, por su parte, presenta una gestión municipal discreta. No es difícil intuir que programaba realizar una operación de saneamiento financiero en la primera mitad del mandato para concentrar las inversiones en la segunda. De ello y del desigual rendimiento de su equipo se desprende un balance pobre, excesivamente basado en lo que ZP pudiese aportar. A ello se suma ahora la sospecha –que, se confirme o no, ya ha sembrado la duda- del intento de sobornar a un tránsfuga. Ruin bagaje político para un año y medio de alcaldía.

La UPL compone un triste cuadro en el Ayuntamiento. Sin apenas medidas leonesistas que ofrecer, mal liderada y sin programa ha dejado que el PSOE degluta buena parte de su intención de voto. Las elecciones generales confirmaron que el votante leonesista es predominantemente de centro izquierda. Por eso si la UPL no es capaz de diferenciar su mensaje del de los socialistas en León –con Villalba lo tiene mucho más fácil en Valladolid- se verá rápidamente desplazada. En otras palabras, si no están para hacer leonesismo no hay motivos para que les voten.

En cualquier caso tienen que cambiar las cosas para que los leoneses puedan estar orgullosos de su institución municipal, convertida en un lodazal por unos pocos.

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