jueves, 17 de enero de 2008

León y el Noroeste

En los prolegómenos de la convocatoria electoral de marzo se escuchan nuevas alusiones a León como centro articulador del noroeste. Se trata de una afirmación hecha con cierto automatismo, aunque no suela acompañarse de una explicación. Por ello conviene escudriñar el trasfondo, a fin de valorar su importancia para los programas electorales.

En las distintas zonas del espacio ibérico se han ido configurando territorios económicos que apenas atienden a los límites políticos. Estas áreas comprenden agrupaciones de ciudades intermedias –a partir de 100.000 habitantes- y, en algún caso, de orden superior. En ellas y su entorno se concentra la actividad económica. Así encontramos un área vasco-cantábrica donde se hallan Santander, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Logroño y Burgos. Existe un área catalana y también encontramos un área levantina, que incluye Albacete y Murcia. El área andaluza integra las ocho capitales provinciales, y la de Madrid acoge además a Toledo y Ciudad Real.

De igual manera aparecen núcleos de enlace interregional, como Zaragoza, Valladolid, Salamanca, Cáceres o Badajoz, ubicados en cierta lejanía de esa masas, pero que actúan como puentes entre ellas. Cada agrupación reúne entre cuatro y nueve millones de personas, y cuenta con redes internas de comunicaciones que facilitan intensos flujos económicos. Estas unidades funcionan como una red de economías entrelazadas, lo que permite su integración en escalas superiores, en los torrentes económicos mundiales.

El caso del noroeste español representa la frustración de una de esas regiones económicas. Esto supone un coste enorme en términos de progreso. La estructura del noroeste aparece fragmentada, ya que existe un núcleo cantábrico menor, formado por Gijón, Oviedo y León, por un lado; otro atlántico, que incluye La Coruña, Santiago, Vigo y Orense, por otro, y en tercer lugar el luso norteño, que abarca a Oporto y Coimbra.

Su limitación mayor es la insuficiente relación de sus ciudades entre sí y con los centros intermedios de conexión: Ponferrada, Lugo, Braganza, Vilha Real y Braga. Si se quiere abordar la constitución de una econoregión es prioritario el enlace de sus agrupaciones, apoyándose en los centros intermedios que se verán catapultados a la dimensión de ciudades intermedias. De ahí la insistencia por conectar León con Braganza, y Ponferrada con el Cantábrico, con Braganza y con Orense.

Cuando se observa el papel de León y su entorno próximo en esta trama se observará que es la primera entrada a la región noroeste ibérica desde la Península y Europa, y representa el nexo común entre sus partes. Sin embargo, como la mayor parte del presupuesto público de León se gestiona desde Valladolid existen bloqueos para el ensamblaje definitivo de esta econoregión.

2 comentarios:

Alfonso Mielgo dijo...

El pricipal problema es la orografía, que hace que áreas relativamente cercanas, se vean más lejos de lo que están debido al tradicional aislamiento.
León y Ponferrada nunca se vieron como un eje, pero ahora, gracias a la A-6, y en menor medida a la León-Astorga, se ve más factible, aunque el peaje, la falta de población entre Astorga y Bembibre, y la práctica ausencia de actividad económica entre estas localidades, hacen que la idea sea una quimera... por ahora.
Tampoco ayudan los analfabetos bercianistas, que en busca de un "comedero", inventan lo que haga falta, incluso se alinean con el Bloque, siempre para dividir, y ya sabes que una mentira muchas veces contada, se convierte en realidad, va calando y hacemos agravios donde nunca los hubo (como dice el dicho, una mentira agradable, es muy fácil de creer, y si se machaca con el "nos roban-machacan-esquilman-niegan lo que es nuestro- y sobre todo nuestra identidad berciana...bla, bla, bla, pues tenemos un caldo de cultivo muy insano).

Como bien apuntas, las infraestructuras viarias son más que necesarias para romper ese aislamiento, pero no creo que encontremos financiación para la mayoría, al menos a medio plazo, ya que los recursos son cada vez más escasos, y la orografía de esta macroregión del Noroeste, hace que se disparen los costes.
En esa línea de no disparar los costes, podría plantearse una autovía León-Braganza, pero por Castrocalbón, para unirse a la A-52en Camarzana de Tera, el ahorro sería más que considerable (79 kilómetros nuevos de autovía frente a 39, serían sólo 15 kilómetros más).
En último caso, una vía rápida, sin intersecciones a nivel, sin pasar por poblaciones, con amplios arcenes y parcialmente desdoblada (donde la orografía sea menos complicada), al estilo de los IP portugueses o las vías rápidas francesas, pero sin los requisitos de las autovías, abaratarían más el proyecto, lo harían menos irrealizable, y sobre todo, más rápido (se haría antes de que no quede nadie en muchas comarcas).

¿Qué opinas?

Cisastur dijo...

Coincidimos plenamente, pero convendrás conmigo en que el "no" ya lo tenemos. Peleemos por lo que pensamos.
El eje León-Ponferrada es un imposible en tanto en cuanto el área del puerto no es poblable, pero sí puede constituir, lo es ya prácticamente de hecho, un corredor.
La propuesta que peleamos un equipo de gente en el 94 para unir León y Braganza contemplaba una vía rápida. Lo que nosotros llamamos una "lanzadera", sin travesía alguna, radio de curva amplio y perfil de dos carriles de 3,5 metros más arcenes de 1. También con posibilidad de tercer carril en las subidas. Nuestro planteamiento la llevaba hasta Nogarejas, para seguir hasta Rionegro del Puente y configurar un germen de nodo logístico allí y, así, cubrir el vacío enorme entre Benavente, La Bañeza y Puebla.
Lo cierto es que, reconsiderados los distintos factores, lo que nosotros buscamos es la creación de un itinerario óptimo; y para eso necesitamos el recorrido más corto posible. Eso nos lleva a Puebla de Sanabria y no a Rionegro ni, evidentemente, a Camarzana.
La diferencia es configurar una carretera de ámbito local (Camarzana), una de ámbito local y regional (Rionegro) o una de ámbito Local, regional o internacional (Puebla).
Pienso que hay que hacer una labor didáctica muy intensa y que es necesario tirar siempre por elevación. Busquemos el óptimo y razonémoslo.