martes, 15 de enero de 2008

El Declive de Carrizo

Carrizo de la Ribera hace veinte años era un pueblo con una actividad destacada y un potencial de proyección envidiable. Su ubicación geográfica, como puente entre la capital y una de las riberas más pobladas y prósperas de la Provincia, propiciaba un futuro alentador. Dos decenios después la decadencia ha hecho presa en este núcleo sin que se perciban indicios de reacción.

En estos dos decenios las cabeceras de comarca más destacadas fueron rellenando los espacios vacíos de sus cascos urbanos para aumentar su densidad demográfica y crear así auténticos centros cívicos. Los elementos monumentales más destacables fueron recuperados y embellecidos en un intento por dotar de atractivos lo que antes eran agrupaciones de casas desordenadas y feas. Las áreas de más trajín comercial empezaron a ser peatonalizadas y los tráficos pesados fueron trasladados a rutas cada vez más alejadas del núcleo urbano.

Así hemos visto crecer como pequeñas ciudades Valencia de Don Juan, Santa María del Páramo o Benavides de Órbigo, por poner ejemplos no muy lejanos de Carrizo de la Ribera. Por el contrario, pocas de las acciones citadas podemos observar en Carrizo. La población continúa sumida en el desorden urbanístico. Las zonas más comerciales permanecen como hace décadas. Lo poco que se ha peatonalizado no es lo más visitado. En resumen, Carrizo debe cambiar el paso si quiere volver a ser algo de lo que fue.

La localidad se enfrenta actualmente a dos transformaciones que pueden marcar su trayectoria futura. Por una parte está la recuperación y puesta en valor de su patrimonio monumental más valioso. Los dos elementos más sobresalientes en este aspecto son el monasterio y el puente de hierro. Pese a todo, existe un colectivo en Carrizo que pretende la destrucción del monumental puente. Si la construcción singular más visible de la población es destruida ésta perderá una oportunidad más para atraer visitantes o para crear, por ejemplo, un paseo romántico aprovechando la ribera fluvial.

La otra clave es la circunvalación. Carrizo ha perdido capacidad de atracción frente a otros núcleos como Benavides de Órbigo. Su mercado se reduce ya a aquellas poblaciones ubicadas en el curso superior del río. Dichas entidades se encuentran en un preocupante proceso de depauperación provocado en buena medida por su pésima comunicación, condicionada por la obligada travesía de Carrizo. No obstante, una parte de este pueblo se opone a la circunvalación.

La Junta debería velar activamente por toda la comarca. Las citadas cuestiones -puente y circunvalación- tocan aspectos, como la ordenación territorial y la preservación del patrimonio, cuyas repercusiones desbordan los límites municipales de Carrizo. La Junta ha de asumir más protagonismo en este conflicto.

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