viernes, 7 de marzo de 2008

Dos Candidatos y un Árbitro

Las elecciones generales en la circunscripción electoral de León están protagonizadas por dos personas cuyo compromiso con ésta es dudoso o nulo. Les acompaña una tercera plenamente comprometida, a la que la coyuntura política ha convertido en árbitro de varias contiendas.

Por el partido del gobierno se presenta José Antonio Alonso encabezando la lista, persona nacida en estas tierras, pero que vive en Madrid hace años. No se le conocía pulsión por resolver los problemas de León antes de ser ministro. Ahora viene avalado por su labor al frente de dos carteras que se ha traducido en la creación de la Unidad Militar de Emergencias con sede en El Ferral, la construcción de una comisaría en San Andrés del Rabanedo y la creación de algunas dotaciones en materia de justicia. Sin embargo se desconoce cuánto hay de implicación personal en estas obras. A Alonso le falta vehemencia proleonesa en una provincia que la demanda.

El cabeza del partido de la oposición es Juan Morano, ex alcalde de León recordado por su populismo y por haber traicionado sus convicciones leonesistas. Es mayor, lleva años ocupando cargos en Madrid y no se le conocen méritos en lograr una dotación concreta para la provincia, al contrario que a Prada Presa o a Amilibia, por ejemplo. Para más adorno, asistió al mitin de Rajoy rodeado de banderas de Castilla y León -el símbolo más impopular que lucirse pueda aquí- y de militantes traídos en autobús desde media España para conseguir llenar la plaza de toros. Pobre poder de convocatoria el de este provecto profesional del escaño y extraña candidatura popular, que prácticamente renuncia al reclutamiento de votantes en las capas más jóvenes del electorado.

El tercer personaje de esta representación es el candidato leonesista Luis Arias: un tipo sencillo que no va de nada. Sin embargo bajo esa apariencia de secundario se esconde una personalidad de polemista desinhibido, un poderoso despliegue argumental y profundos conocimientos de cada comarca de León y de sus problemas. Arias, que tiene pocas posibilidades de salir elegido, actúa como árbitro entre las dos fuerzas mayoritarias sin pretenderlo. Si concita más voto lo perderá fundamentalmente el PSOE, ya que la base electoral del PP se caracteriza por su avanzada edad y su consecuente fidelidad. En una posible situación de empate entre las dos fuerzas mayoritarias el apoyo a Luis Arias podría condicionar si el tercer diputado es socialista o popular.

Además un apoyo relativamente elevado a este candidato reforzaría su papel en la UPL convirtiéndole en referente del replanteamiento que experimenta esa formación. La fuerza relativa de Moreno, de sus detractores o de otros aspirantes al liderazgo quedaría modulada por este nuevo actor en el reparto de poderes del leonesismo.

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