domingo, 2 de marzo de 2008

León: Ciudad Regia

El Ayuntamiento de León pasa por momentos de dificultad financiera. Existen numerosos pagos pendientes de los últimos años. A nadie se le escapa que las posibilidades de inversión son muy reducidas. Así, en el último año la gestión municipal apenas ha dejado alguna obra reseñable en la ciudad si se compara con anteriores gobiernos, que disfrutaron de coyunturas más favorables. En esta situación no queda más remedio que agudizar el ingenio para hacer mucho con poco.

Podría ser el momento, por ejemplo, de recordar que León es, tras Madrid, la urbe regia más notable de la Península. Trescientos veinte años como sede de la principal corona cristiana no es algo que pueda esgrimir cualquier ciudad en España. La herencia arquitectónica, con ser escasa, resulta excepcional. Sin embargo ambos conceptos, el de la ciudad regia y el del prestigio del trono a través de la arquitectura, permanecen olvidados y desaprovechados. Con esos mimbres y algo de dinero -no mucho- se podría realizar una atractiva revitalización.

Además, el periodo medieval es legendario y sugerente. Durante él ninguna otra ciudad peninsular fue capaz de construir en poco más de cincuenta años una catedral gótica. La nuestra fue, por añadidura, la primera concluida. La Iglesia de San Isidoro, consagrada a mediados del Siglo XII, pero construida desde 1080 ó 1090, es una obra precoz de enorme calidad y tamaño. El panteón de los reyes es el primer gran cementerio real peninsular y una de las iniciales muestras del románico, es decir, pura vanguardia en su época. La cúpula de Palat del Rey, con casi mil cien años, es la primera conocida en la Hispania cristiana. Se trata de una auténtica acrobacia arquitectónica en su época. Las murallas fueron bastión inexpugnable durante mil años y justificaron la conversión de esta ciudad en sede regia. Ese conjunto, hoy inconexo, permitiría un tratamiento global que diese un nuevo aliento a la ciudad.

León tiene también un patrimonio de segundo nivel notable en su casco urbano. Han de aparecer más restos de arte regio leonés –al que llaman mozárabe- entre las casas que actualmente se arruinan. Por otra parte, habría que recuperar la arquitectura de barro, material en el que estaba edificada casi toda la ciudad en el medievo. En síntesis, se debería poner en valor todo lo ligado al León regio.

Se trataría, por tanto, sólo de embellecer, conectar y divulgar en primera instancia, el legado de nuestros antepasados. El tratamiento individualizado –arquitectónico, luminoso, publicitario, etc- de cada elemento para integrarlo en la “ciudad regia” requiere ingenio, trabajo y, moderadamente, dinero. Adicionalmente esto afianzaría el orgullo colectivo de los ciudadanos hacia esa faceta ignorada de León: la urbe regia.

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