domingo, 30 de marzo de 2008

Lecciones del Prestige

Se cumplió un año de la tragedia del “Prestige”, la peor catástrofe medioambiental de las costas españolas. El hecho, que pudiera parecer de una repercusión menor en una provincia interior, ha tenido numerosos efectos aquí. Esta desgracia nos ha mostrado, entre otras cosas, el efecto de las comunicaciones y de la globalización sobre León.

Podemos recordar la acción ejemplar del profesor Laborda, de la Universidad, y de su entorno organizando los viajes de voluntarios desde la Autonomía. Sin minusvalorar su loable esfuerzo, la sobresaliente respuesta obtenida no hubiese sido posible sin las actuales comunicaciones. Los gallegos fueron más leoneses que nunca y los leoneses pensamos como nunca en gallego. La ingeniería se puso al servicio de los sentimientos que nos hacen más humanos.

El desastre atrajo a tierras gallegas un plan estatal de inversiones que contemplaba mejoras de accesibilidad desde el resto de la Península. Como consecuencia, se desbloqueaba el ferrocarril de velocidad alta de Ponferrada a Monforte, una obra imprescindible para reforzar el ascendente nudo de comunicaciones de la hoya berciana. Este caso vino a demostrar lo importante que es tener definidas las prioridades en el territorio ante las oportunidades que la historia depara. Galicia nos dio una lección en ese aspecto.

El hundimiento del barco es un tema aún cubierto de misterio. Tras leer las incompletas informaciones que se han facilitado se puede extraer una conclusión: el buque fue rumbo al desastre en el momento en que Mangouras, el capitán, a instancias o no de alguien, inundó los tanques con el pretexto de reducir la escora del barco. En ese momento el calado del Prestige alcanzó la profundidad del acceso a La Coruña, el puerto más profundo de Galicia, con lo que se hacía imposible llevarlo allí sin grave riesgo de embarrancamiento. Además, se aumentó el momento flector del buque (el conjunto de fuerzas laterales que tienden a partirlo) en más del doble. Así, el buque herido estaba sentenciado, como cualquier técnico naval habría colegido. ¿Le importó eso a mucha gente en León? ¿Quién podía imaginar que un acto en altamar cuyo trasfondo desconocemos, bajo la responsabilidad de un capitán de marina mercante griego, iba a tener incidencia en León? El “Prestige” pone de manifiesto que lo que sucede en territorios vecinos es cada vez más trascendente.

Ahora la apertura de la autovía León-Benavente cierra la primera fase de las comunicaciones en León. Estamos ya más conectados que nunca al mundo y sucesos remotos nos afectan notablemente. Saber nuestras nuevas prioridades colectivas y vigilar el entorno son exigencias para afrontar sucesos inesperados con reflexión y acierto. Hay que abrir, por tanto, un debate sobre las nuevas necesidades de León.

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