martes, 25 de marzo de 2008

Villaquilambre y Zapatero

La semana pasada se ha producido la destitución del alcalde de Villaquilambre. Se trata del último episodio de un conflicto personal entre éste y el líder de la oposición, del PSOE. Sin embargo su repercusión puede tener efectos en la política nacional.

Rememorando la pasada legislatura hay que recordar que el alcalde, leonesista, se encontró con que dicho líder de la oposición era, además, el secretario del ayuntamiento. Esta circunstancia, producto de un agujero legal, resulta asombrosa y cuestionable, ya que el secretario municipal debiera ser un funcionario neutral e independiente en su lugar de trabajo. La sospecha de que Hidalgo bloqueaba la gestión municipal provocó en García Bayón una reacción furibunda, cuya secuela aún se resuelve en los juzgados, tras las últimas elecciones.

Las manifestaciones de hostilidad de la oposición contra este alcalde en minoría han culminado en la propuesta de Bayón de una moción de confianza hacia su persona. Todo parecía atado por el pacto UPL-PSOE del Ayuntamiento de León para que García Bayón no se viese desautorizado. La sorpresa se desató en el pleno cuando los concejales del PSOE, según se dice, contradiciendo las directrices de su partido, hicieron caer al leonesista.

Sea de quien fuere la decisión de desalojar a Lázaro García de la alcaldía, el impacto sobre el PSOE podría ser demoledor. Si la cuestión no se resuelve satisfactoriamente para la UPL, ésta podría desasistir a Francisco Fernández en el ayuntamiento capitalino, con lo que el PSOE perdería la alcaldía. No hace falta mucha clarividencia para deducir que la corte mediática del PP iba a utilizar contra Zapatero ese argumento. En sí mismo no se trata de un asunto importante, pero se suma a la inconsistencia en materia fiscal de José Luis Rodríguez, a la inesperada reivindicación de una agencia tributaria por Chaves, a las descalificaciones de Ibarra, a las invocaciones al “drama” catalán de Maragall, al escándalo de Madrid, etc. En otras palabras, perder León podría costar varias decenas de miles de votos al PSOE y a Zapatero en las próximas elecciones generales de Marzo, y supondría debilitar su imagen.

Otro posible escenario es que Rodríguez de Francisco conociese la maniobra y que dejase hacer para debilitar a García Bayón. En estos momentos de indefinición en la ejecutiva de la UPL no resultaría imposible un movimiento de este tipo, aunque sería un arriesgado órdago, porque el exalcalde es, sobre todo, lazarista.

Mientras, el PP continúa fuera de combate en muchos de los campos de la política provincial, como en éste. Bastante tiene con resolver las divisiones internas.

En definitiva, los leoneses vemos cómo se aproxima la contienda electoral, que se despliega sobre un tablero múltiple sobre el que León, al fin, importa algo.

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